San Marcelo de Tánger – Centurion
Se conmemora el día 30 de octubre
SAN MARCELO DE TÁNGER
(¿?-298) nació en Arzas,
en la actual Galicia, en España; provenía de una familia de ciudadanos del
Imperio Romano.
Las referencias nos
presentan a San Marcelo como centurión de una legión romana, la Legio VII
Gemina, que estaba adscrita a Hispania.
La legión se encontraba
acantonada en la ciudad de León el 28 de julio de 298, día en que los romanos
conmemoraban el onomástico de los césares.
Los centuriones
presentaban armas ante el gobernador militar, Fortunato, pero San Marcelo se
despojó frente a él de su cinturón militar, su espada y su escudo, y le dijo:
“Yo soy cristiano, y por lo tanto sólo podía militar en el ejército de
Jesucristo, hijo de Dios omnipotente.”
A Fortunato le pareció
que el ordinario centurión había enloquecido. De modo que lo hizo aprehender y
lo envió con su superior, Aurelio Agricolano, quien se encontraba en Tánger,
para que él juzgara a San Marcelo.
Tres meses después, el
30 de octubre, San Marcelo es presentado ante Aurelio Agricolano, quien le
enuncia los cargos y lo interroga. Pero el centurión remiso se mantiene firme,
por lo cual es condenado a la decapitación.
Los restos de San
Marcelo de Tánger permanecieron en esa ciudad del actual Marruecos hasta 1493,
cuando el rey de Portugal recuperó para la cristiandad esa sede. Fueron
entonces trasladados a León.
En la actualidad, las reliquias de San Marcelo de Tánger se
conservan en un arcón de plata bajo el altar mayor de la iglesia que lleva su
nombre en León, ciudad de la cual San Marcelo es santo patrono.
SAN MARCELO DE TÁNGER nos enseña el valor de mantener siempre la fe
y la tranquilidad de espíritu.
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