SIMBOLO [O CREDO] DE LOS APOSTOLES
[Tomado de la vida
de la Santísima Virgen María, “Mística Ciudad de Dios”, dictada por ella misma
a Sor María de Jesús de Agreda]
MCD –P18 Pág. 52
(217). Aprobaron todos los Apóstoles
esta proposición de San Pedro, y luego el mismo Santo celebró una Santa Misa y
comulgó a María santísima y a los otros Apóstoles, y acabada se postraron en
tierra, orando e invocando al divino Espíritu, y lo mismo hizo María santísima.
Y habiendo orado algún espacio de tiempo, se oyó un tronido como cuando el
Espíritu Santo vino la primera vez sobre todos los fieles que estaban
congregados y al punto fue lleno de luz y resplandor admirable el cenáculo
donde estaban y todos fueron ilustrados y llenos del Espíritu Santo. Y luego
María santísima les pidió que cada uno pronunciase y declarase un misterio, o
lo que el Espíritu divino le administraba. Comenzó San Pedro y prosiguieron
todos en esta forma:
San Pedro: Creo en Dios Padre, Todopoderoso, Criador del cielo y de
la tierra.
San Andrés: Y en
Jesucristo su único Hijo nuestro Señor.
Santiago el Mayor: Que
fue concebido por obra del Espíritu Santo, nació de María Virgen.
San Juan: Padeció
debajo del poder de Poncio Piloto, fue crucificado, muerto y sepultado.
Santo Tomás: Bajó a los
infiernos, resucitó al tercero día de entre los muertos.
Santiago el Menor:
Subió a los cielos, está asentado a la diestra de Dios Padre todopoderoso.
San Felipe: Y de allí
ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
San Bartolomé: Creo en
el Espíritu Santo.
San Mateo: La santa
Iglesia católica, la comunión de los Santos.
San Simón: El
perdón de los pecados.
San [Judas] Tadeo: La
resurrección de la carne.
San Matías: La vida
perdurable. Amén.
(218). Este Símbolo,
que vulgarmente llamamos el Credo, ordenaron los Apóstoles después del martirio
de San Esteban y antes que se cumpliera el año de la muerte de nuestro
Salvador. Y después la Santa Iglesia, para convencer la herejía de Arrio [que niega
a la divinidad de Jesús] y otros herejes en los concilios que contra ellos hizo,
explicó más los misterios que contiene el Símbolo de los Apóstoles y compuso el
Símbolo o Credo que se canta en la Santa Misa. Pero en sustancia entrambos son
una misma cosa y contienen los doce artículos que nos propone la doctrina cristiana
para catequizarnos en la fe, con la cual tenemos obligación de creerlos para
ser salvos. Y al punto que los Apóstoles acabaron de pronunciar todo este
Símbolo, el Espíritu Santo lo aprobó con una voz que se oyó en medio de todos y
dijo: Bien habéis determinado. —Y luego la gran Reina y Señora de los cielos
dio gracias al Muy Alto con todos los Apóstoles, y también se las dio a ellos
porque habían merecido la asistencia del divino Espíritu para hablar como
instrumentos suyos con tanto acierto en gloria del Señor y beneficio de la
Iglesia.
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