Miércoles de Ceniza
[Ash Wednesday]
[Comentario / Reflexión a San Mateo 6:1-6,16-18.]
Los cuarenta días en
los que Él Señor sometió la carne para elevar el Espíritu, en esos cuarenta días
fue más humano que Dios Hombre sometido a las tentaciones por un satanás que
buscaba al mesías y no lo había podido identificar y se encuentra con este
hombre, joven, en el desierto, y en la desesperación por encontrarle le somete
a tentaciones, no a tres, sino a muchas, a diario, a cada instante; Él Verbo permanece sometido a la tentación, como
cualquiera de nosotros, pero sin caer y utilizando las armaduras espirituales, orando
permanentemente y en ayuno le vence al gran mentiroso y este se marcha mas
confundido que antes y derrotado. Primer encuentro directo del Señor en la
tierra contra satanás los próximos serán contra los demonios cuando les expulse
de los cuerpos poseídos; la batalla final será con un martirio, mas tremendo
que el ayuno, un martirio de soledad, un martirio de tortura a su carne, de
injurias, de rechazo, y dando la impresión
que será un vencido en la Santa Cruz el vencido resulta satanás, lucifer y
todos los demonios fueron engañados y los cuarenta días de Cuaresma tienen sus
frutos.
Este tiempo color lila,
morado, color de pena, de traición, tiempo de actuar como lo hizo aquel hijo [San Lucas 15:10-32] que derrochando la herencia de su padre decide humillarse y regresar, porque
estando en el mundo y viviendo a plena carnalidad y goce terrenal no le ha traído
más que tristeza, dolor y falta de amor, y poniéndose a la orden pero no como
hijo sino que como un trabajador, el trabajador mas humillado, pero el padre
que es amoroso y le interesa más el arrepentimiento que la fortuna derrochada y
los pecados graves cometidos, le recibe y le perdona y hace fiesta [San Lucas 15:7]; este tiempo de cuaresma que inicia con el simbolismo del Miércoles de
Ceniza como dando a entender que del polvo venimos y polvo seremos, que nuestra
fragilidad es tal que ni las ideas comunistas, ni las ideas capitalistas, ni la
riqueza acumulada, ni la pobreza extrema, podrán cambiar la esencia de la que
estamos formados todos y cada uno de nosotros; esa ceniza que pretende iniciar
un cambio y que haciendo un análisis de conciencia así como hizo el hijo
arrepentido de la parábola permitirle a nuestra conciencia que detenidos en el
tiempo escarbemos hacia nuestro interior para que salga a la luz de nuestro corazón
todo el rencor acumulado, las frustraciones con motivaciones de cualquier índole,
los recelos y en ese ejercicio entender que todos podemos ser hijos pródigos y
regresar, y en lugar de castigo lo que habrá será una fiesta.
Inicia la cuaresma, Él Señor
no quiere que nos hagamos azotar, tampoco desea que nos traspasen las espinas
de una corona nuestra cabeza, ya Él lo
hizo por nosotros; lo que desea es que hagamos análisis de conciencia cuyo resultado
sea el darle paso al amor, al verdadero amor, no ese amor que plagado de política
y divisiones sociales invita a un cambio, pero un cambio para seguirle
sirviendo a satanás y no a trascender, ese cambio en Jesús y aceptar el querer ser como el Verbo lo És [1ª San Pedro 1;16].
La cuaresma es un
tiempo de reflexión, es una oportunidad de dominar la carne: Dominar la lengua,
dominar los deseos de impureza sexual, el desamor y todo lo que invita este
mundo al goce temporal. Es un tiempo perfecto para llegar a conocer a Jesús
Hombre y Dios, hombre tan débil como cualquiera de nosotros y Dios con la
capacidad de limpiar hasta al leproso más inmundo cargado de los más crueles y
pestilentes pecados.
Inicia la cuaresma y a
la par también aparece la invitación a relajarnos porque lo “merecemos”,
aparece la oferta de lucifer invitando a vivir la semana santa mas como un
tiempo de apetencias culinarias y de mostrar cuerpos en los balnearios o de
dormir y relajarnos, y en ese tiempo eterno que vive la Santa Pasión del Señor,
unirnos a caifas, a herodes y abofetear al que no mete las manos, escupirle el
rostro al que es fácil dañar, arrastrarlo por las calles como un vil y miserable
bandido, ser uno de los cinco mil latigazos que recibió en su Santo Cuerpo,
clavarle la corona de espinas y ser uno de los martillazos que empujaron los corroídos
clavos en las Benditas manos y pies del Señor. El mundo va bien por ese lado,
con el apoyo de los que debieran promover la reconciliación sacramental como
base para vivir la cuaresma y esto no es difícil, ese ejercicio espiritual de
buscar la reconciliación es un asunto de decidirse y hacerlo y los beneficios
son invaluables, la vida eterna se gana con la absolución sacramental. Es
sencillo limpiar el corazón de los pecados y de la falta de amor, no necesita de penitencias extremas, solamente
desea respeto, buscar la reconciliación, comer de su cuerpo y sangre [San Juan 6:56] y teniendo el tiempo en este tiempo de “vacaciones” reflexionar acerca de
porque somos la generación más despiadada que ha existido en toda la historia y
con un poquitín de temor talvez iniciar un cambio real.
La cuaresma es un
tiempo de tristeza y alegría, de tristeza al ser muchos los que recordamos la
Santa Pasión [la cual es eterna] y es alegría porque sino hubiese sido por
dicho sacrificio, por esa Nueva Alianza, el camino para ganar el cielo fuese más
difícil, que alegría saber que Él Señor nos ama tanto que nos evita martirios,
basta confesar los pecados, comer su Cuerpo y sobre todo cambiar, iniciar el
cambio, vivir por fe y no por el mundo, ejercer la caridad y ser piadoso con Él
que fue tentado y no fue derrotado.
Y el mundo seguirá su
marcha y el trigo responderá al llamado, la cizaña se encargara de arropar a
los escépticos, a los que esperan que los espíritus alienígenas los rescaten, a
los que esperan que su partido político les mejore la vida, a los que admiran
al vicario de Cristo no por sus enseñanzas espirituales sino porque proclama
una iglesia a la medida sin infierno ni condenación; y pasara la Cuaresma y vendrán
otras fechas, le rogaremos al Señor que nos dé la oportunidad de clamar a su
Santo Nombre cuando seamos llamados a rendir cuentas. [Apocalipsis 19:9].
Que la Cuaresma nos
deje a todos y cada uno la convivencia en el Espíritu que motive el verdadero
cambio que la humanidad necesita ya que no es nuestra culpa haber nacido en
estos postreros tiempos y ser parte de está especial generación a merced de la masonería
y de la comodidad de los hijos predilectos y religiosos consagrados, como nunca
antes ha existido. Entonces amparados en dicha causa el cielo está más al
alcance que nunca y lo que necesitamos es doblegar el orgullo y ceder al amor
de Jesús Dios y Hombre verdadero.
http://empresayevangelio.blogspot.com/2015/02/aun-no-entendeis-having-eyes-see-ye-not.html
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La gracia del Señor Jesucristo, el amor de
Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros [2ª Corintios 13:13].
Ave María Purísima, Sin Pecado Concebida
[San Lucas 1:35]
Ave María Purísima, Sin Pecado Concebida
[San Lucas 1:35]
Ave María Purísima, Sin Pecado Concebida
[San Lucas 1:35]
Gracias Espíritu Santo
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