Translate (traductor) (Übersetzer) (traducteur) (翻訳者)

domingo, 15 de febrero de 2015

De rodillas… y sí quieres. [kneeling … if you want it]





De rodillas… y sí quieres. [kneeling … if you want it]


[Comentario/Reflexión  a San Marcos 1:40-45]


La humildad es un acto que brota de la conciencia pero sobre todo del corazón; cuando todos los caminos para solucionar un problema y  cuando la búsqueda en la solución de ese algo parece no tener opción, cuando la enfermedad física es tal que mientras más tratamientos recibes mejoras en erradicación de la enfermedad pero los efectos colaterales de las medicinas son peores, cuando la enfermedad espiritual nos tiene sumidos en nuestro mundo y en nuestra realidad en esa oscuridad de la felicidad terrenal que impide el brillo de la Luz Verdadera, y muchas situaciones que se presentan en nuestras vidas, adrede, como planificadas para que tarde o temprano la humildad aseche el ánimo y obligue a avocarse al dueño de todo.

La felicidad terrenal y la tristeza terrenal son vehículos para buscar la espiritualidad; en la felicidad podemos encontrar la ceguera de tener bajo control nuestras vidas cubriendo las necesidades de los sentidos y en la tristeza la ansiedad y tribulación de  no poseer lo mínimo para subsistir y esa hambre que mata el espíritu por buscar donde no debemos.

La lepra y el leproso, una enfermedad incurable en esos tiempos asociada a la impureza del individuo, ahora la lepra ha sido casi erradicada a nivel mundial pero hay otras lepras, otras enfermedades causadas por el actuar impuro del hombre, algunas enfermedades dejan tatuaje en los genes y se heredan de generación en generación; El leproso, ese ser marginado por la sociedad, esa enfermedad fruto del pecado, de la vida en suciedad, contaminación por los desordenes bien de uno mismo o por los desordenes de otros; ser leproso es un estado carnal y espiritual que, en este caso, sirve para glorificar el Santo Nombre del Señor; porque ese individuo al no tener opción, en su desesperación por curarse recurre en humilde acto de rodillas a pedirle al Verbo que le sane, y el Verbo le inquiere acerca de su fe, y la fe le sana y con la sanación la carne pasa a un segundo plano y es curada la enfermedad.

La enfermedad lastimosamente es un aliciente para la fe, la fe es buscada por las necesidades, el amor al Señor Jesús es la fe, el amor para con nuestros hermanos es la caridad. El abandono, tal como hizo el leproso, la aparente soledad del individuo en suplica constante es transformada en la viveza del espíritu que obra la auto curación; hay que negarse a si mismo [San Mateo 16:24] y tal como un niño [San Mateo 18;3] sin la malicia de este moderno mundo, suplicar, pedir, reconocer que por mucho que hagamos por encontrar el remedio, la cura, la sanación, pedir y pedir, suplicar con la seguridad de que lo que pedimos nos será concedido [San Lucas 17:6].

¿Y que con las injusticias de este mundo?  El mundo se ha ido contaminando cada vez mas y mas, la explotación del hombre por el hombre es un juego que hace al individuo alejarse de lo espiritual, todas los modelos económicos y políticos de este planeta no son obras de Dios, son obras del hombre, ese eterno grupo de fariseos, escribas, esos judas que han logrado socavar la Santa Iglesia y que han permitido hacer de la lucha de clases un bastión para crear confusión; la lucha de clases y la pobreza material son los caballos de batalla que ha utilizado satanás para confundir lo espiritual, si lo espiritual fuere el centro de la vida de todos los creyentes este mundo sería un mundo ideal, pero como la lepra de la ambición y la búsqueda del bienestar a través de la autorrealización personal son los barrotes que apresan el alma del individuo entonces lo material pesa sobre lo espiritual.

La confusión mundial es tal en estos postreros tiempos que el poder de la oración esta relegado no a un segundo plano, sino que quizá ni exista como posibilidad, el leproso de este Santo Evangelio hizo uso de la oración al suplicar al Verbo Humanado que le sanara; dentro de la Santa Iglesia y en los que dicen que practican la religión existe la lepra del ateísmo, porque la religión para muchos es un asunto de cumplimiento social, y quizá algunos asistimos a la iglesia “por si acaso” resulta ser verdadero aquello que por necesidad terrenal hemos buscado y el Cuerpo de Cristo es tomado como un simbolismo y no aceptando que la presencia real de Jesús El Señor es viviente en ese pedacito de hostia. Es tal la lepra del ateísmo que se duda del poder de la reconciliación para sanar de los pecados, de la penitencia como medida de restauración y del ayuno como base para vencer cualquier demonio sea de la magnitud que sea y que, aunque nos neguemos a creerlo, habitan en nosotros y eso es común en estos días.

Ese Rey humilde, amoroso, que por mucho que suframos en esta vida y por mucho que nunca alcancemos nuestras metas o ideales, pues ese Rey al que lo percibimos como un héroe de película de su tiempo y no del nuestro, que según nosotros abandona a los pobres y los hace sufrir de la mano de los oligarcas y explotadores, pues ese, nos tiene contados hasta el último cabello de nuestras cabezas [San Mateo 10:30] y que en tanto no aceptemos que existe la vida eterna para condenación o para alegría en espíritu y verdad y que la oración y la caridad son fundamentales para lograr cualquier cambio en la sociedad y no la violencia ni el odio de clases, ni los resentimientos absurdos motivados por los celos o envidias, entonces siempre tendremos esa lepra que nos carcome a diario y que no nos damos cuenta porque el orgullo nos nubla la Luz de la verdad.



Pide y recibirás [San Mateo 7:8] si no pides no recibirás nunca, y si no crees y criticas o juzgas esta práctica pues en tanto no te sometas a un ejercicio espiritual de ayuno, penitencia y oración para obtener lo que pides al Soberano Señor, pero sobre todo ese ejercicio de dejar a un lado el estilo de vida que mata el espíritu y ejercitarse en el amor hacia los demás sean quienes estos sean [San Mateo 5;23]entonces no tienes ninguna autoridad para criticar lo que nunca has probado. Entonces un simple y marginado leproso tiene más posibilidades de conseguir ser salvado y sanado que alguien con meritos humanos que se terminan al momento de morir y no son eternos como lo es el amor.

Todo empieza por uno mismo, si quieres puedes, si quieres pero dudas ten por seguro que no recibirás nada y el padecimiento será eterno, y si padeces pero no entregas el padecimiento en penitencia al Señor entonces habrás sufrido aquí y seguirás sufriendo al cruzar el velo.

La ventaja que tenemos con Él Señor es que su amor no es humano, es amor puro, entonces cualquier momento, en tanto no fallezcamos, es una oportunidad para pedirle y convencernos de sus promesas [San Lucas 5:3-12] y quien quita que de inmundos y marginados leprosos pasemos al siguiente plano de llamarnos Hijos de Dios.


La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros [2ª Corintios 13:13].

Ave María Purísima, Sin Pecado Concebida [San Lucas 1:35]
Ave María Purísima, Sin Pecado Concebida [San Lucas 1:35]
Ave María Purísima, Sin Pecado Concebida [San Lucas 1:35]

Gracias Espíritu Santo

San Marcos 1:
40. Se le acerca un leproso suplicándole y, puesto de rodillas, le dice: «Si quieres, puedes limpiarme.»
41. Compadecido de él, extendió su mano, le tocó y le dijo: «Quiero; queda limpio.»
42. Y al instante, le desapareció la lepra y quedó limpio.
43. Le despidió al instante prohibiéndole severamente:
44. «Mira, no digas nada a nadie, sino vete, muéstrate al sacerdote y haz por tu purificación la ofrenda que prescribió Moisés para que les sirva de testimonio.»
45. Pero él, así que se fue, se puso a pregonar con entusiasmo y a divulgar la noticia, de modo que ya no podía Jesús presentarse en público en ninguna ciudad, sino que se quedaba a las afueras, en lugares solitarios. Y acudían a él de todas partes.
________________________________________________________

PRAY THE HOLY ROSARY, THE THREE MISTERIES [Joyful Mysteries, Sorrowful Mysteries and Glorious Mysteries] EVERY DAY
 





No hay comentarios:

Publicar un comentario