SANTA JOSEFINA BAKHITA.
Nació en Sudán entre 1869 y 1872, en la tribu de los Dagiú.
Siendo todavía niña, los negreros la raptaron y vendieron cinco veces en
los mercados de esclavos. El miedo que experimentó en el rapto le provocó una
amnesia que le hizo olvidar incluso su nombre.
Bakhita es el nombre que le dieron los secuestradores; Josefina, el que
recibió en el bautismo. Experimentó las humillaciones y los sufrimientos
físicos y morales de la esclavitud, pasando de mano en mano por varios dueños.
En Jartum la compró un cónsul italiano, que se la llevó a Génova y se la
cedió a unos amigos. Estos, en 1888, la confiaron a las religiosas canosianas
de Venecia. Se fue acercando al catolicismo, en 1890 recibió el bautismo y en
1893 entró en el noviciado de las Hijas de la Caridad Canosianas.
Por deseo de sus superioras, escribió sus memorias personales. Durante
muchos años se dedicó a diversos trabajos domésticos en la casa de Schio
(Vicenza, Italia), hasta que una artritis deformante la dejó postrada en una
silla de ruedas. Murió en Schio el 8 de febrero de 1947.
Juan Pablo II la canonizó el año 2000.-
Oración: Oh
Dios, que de la humillante esclavitud condujiste a santa Josefina a la dignidad
de hija tuya y esposa de Cristo, te rogamos nos concedas que, imitando su
ejemplo, sigamos con amor firme a Cristo crucificado y, movidos a misericordia,
perseveremos en el amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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