Los Hijos Predilectos y las
Religiosas Consagradas
El estado de la religión es sagrado y ordenado por el Altísimo,
para que en él se conserve la doctrina de la perfección cristiana y perfecta
imitación de la vida santísima de mi Hijo, por esto mismo está indignadísimo
con las almas religiosas que duermen olvidadas de tan alto beneficio y viven
tan descuidadas y más relajadamente que muchos hombres mundanos; y así les
aguarda más severo juicio y castigo que a ellos.
También el demonio, como antigua y astuta serpiente, pone más diligencia
y sagacidad en tentar y vencer a los religiosos y religiosas que con todo el
resto de los mundanos respectivamente; y cuando derriba a un alma religiosa,
hay mayores consejos y solicitud de todo el infierno, para que no se vuelva a
levantar con los remedios que para esto tiene más prontos la religión, como son
la obediencia y ejercicios santos y uso frecuente de los sacramentos.
Para que todo esto se malogre y no le aproveche al religioso caído,
usa el enemigo de tantas artes y ardides, que sería espantosa cosa el conocerlos.
Pero mucho de esto se manifiesta considerando los movimientos y obras que hace
un alma religiosa para defender sus relajaciones, excusándolas si puede con
algún color y si no con inobediencias y mayores desórdenes y culpas.
Hijo predilecto y religiosa consagrada, teme tan formidable peligro; y con las fuerzas de la Divina gracia procura levantarte a ti sobre ti, sin consentir en tu voluntad afecto ni movimiento desordenado.
Hijo predilecto y religiosa consagrada, teme tan formidable peligro; y con las fuerzas de la Divina gracia procura levantarte a ti sobre ti, sin consentir en tu voluntad afecto ni movimiento desordenado.
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