los "conservadores " Burke y Schenider
Monseñor Bugnini
destruyó la liturgia y reemplazó la
verdadera liturgia de la Santa Misa y de los sacramentos por esta nueva
liturgia, de la cual no sabemos dónde terminará la evolución. Siempre está
cambiando
(Mons. Lefebvre,
sermón en su jubileo sacerdotal de los 60 años).
En estos tiempos
en que la liturgia Tradicional ha sido supuestamente “rescatada” por el Motu
Proprio Summorum Pontificum de Benedicto XVI,¿es verdad que ahora la FSSPX debe
limitarse a conservar la Misa y el sacerdocio católicos, como lo dan a entender
las autoridades de la misma y lo sugiere el branding que opera en el seno de la
Obra de Monseñor Lefebvre? Para responder a esto, comencemos por algunas citas:
Es necesario que
nosotros redescubramos el entusiasmo y el espíritu de fe de los comienzos de la
Fraternidad y de su fundador. (…) Nosotros debemos responder a una nueva
situación (…) Algunos quieren retirarse en una especie de ghetto esperando que
pase la crisis. Es un signo de debilidad de la fe, no es la posición católica
(Entrevista al
Padre Pfluger, DICI, octubre de 2010).
Es por eso
quisiera invitarlos a despertar estos recuerdos, para que no olvidemos que el
alma de nuestra actitud en la Iglesia, es una posición de fidelidad, de
preservación y de construcción, antes que una actitud de resistencia. Una no va
sin la otra, por supuesto, pero ya es tiempo, me parece, de poner en orden
nuestros espíritus con el fin de recobrar un verdadero espíritu apostólico, en
esta bella unidad que hizo y hará nuestra fuerza (…) volvamos a poner en el
centro de nuestro corazón lo que animaba al de nuestro fundador, sin agotarnos
y dividirnos en las querellas estériles que no tienen fin (…) Si debemos exigir
algo de nuestros sacerdotes, no es que cada uno de ellos se ejercite en
resolver la crisis de la Iglesia, o que sea un experto en la condena de todos
los errores de moda, sino que sea uno de
esos "apóstoles de Jesús y de María" que Mons. Lefebvre quería dar a
la Iglesia, un apóstol fiel al espíritu de su cruzada, un experto de la gracia y de la fe, un
experto de la liturgia, de la Misa y de la Eucaristía, ¡un conquistador en
busca de las almas a convertir y a salvar!
(P. Simoulin, Le
Seignadou septiembre de 2014).
Es necesario
subrayar que la Fraternidad San Pío (sic) no fue fundada CONTRA el concilio,
el modernismo y los errores actuales, sino PARA defender de la (sic) Tradición
multisecular de la Iglesia, para salvar el sacerdocio católico y la Misa
tradicional.
(P. Bouchacourt,
revistaIesus Christus 106, julio-agosto de 2006).
…la Misa, es el
corazón. Cuidando ese corazón, se cuida toda la Iglesia. Si se quiere, y
ciertamente que se quiere una restauración de la Iglesia, es por allí que hay
que ir. Es la fuente, y la fuente es la Misa. (…) para mí es evidente que
querer la restauración de la Iglesia debe comenzar por eso. Entonces es por eso
que le estoy profundamente agradecido al papa Benedicto XVI por haber
restablecido la Misa.
(Mons. Fellay,
DICI, noviembre de 2013).
¿Es verdad que se
restaurará la Iglesia por la Misa? Así lo han dicho todas las comunidades
Ecclesia Dei. Pero eso no es verdad, sino una peligrosísima ilusión.
Esta idea ya la
había anunciado también el GREC: La Iglesia debe reformarse restaurando su
tradición litúrgica (“Por la necesaria reconciliación”, P. Lelong, pág. 113).
Liturgia no
restaurará a la Iglesia, sino que -al revés- la liturgia será restaurada cuando
la fe sea restaurada. Lo primero es el combate contra el liberalismo en la
Iglesia; ante todo está lo doctrinal y lo litúrgico estará siempre en segundo
lugar. Pretender que la Iglesia pueda ser restaurada por la sola liturgia
tradicional, es poner la carreta delante de los bueyes, es como pretender que
un litro de petróleo pueda hacerse potable por agregarle una gotas de agua
pura; es exigir milagros y tentar a Dios.
Un Sacerdote
liberal que celebra la liturgia tradicional es alguien que vive en la
contradicción. ¿Qué frutos deben esperarse de él, sino que sus feligreses vivan
también en la contradicción? ¿Y es con almas que viven pacíficamente en la contradicción
que se va a restaurar la Iglesia? Eso es pura ilusión, e ilusión propiamente
diabólica, dadas sus graves consecuencias.
El incremento de
misas tradicionales celebradas por sacerdotes liberales no traerá la
restauración de la Iglesia. Por el contrario, uno de los efectos nocivos que sí
puede producir es la desaparición de la Misa Tradicional. Casi con seguridad se
puede afirmar que la masonería pretende que la misa tradicional sea aniquilada
mediante su absorción en una adulterina mezcla, en una síntesis del rito
“extraordinario”, es decir, católico, y del rito “ordinario”, es decir,
bastardo. Dicha impura mezcolanza merecerá también el calificativo de “rito
bastardo”. Veamos:
Ya el Padre Celier
(miembro del GREC), en su pernicioso libro Benedicto XVI y los Tradicionalistas
nos anticipó, sin ninguna crítica de su parte, lo que sucedería con la Liturgia
de la Iglesia en los próximos años (texto tomado del análisis de Pierre
Delacroix):
Me parece que
nuestros contemporáneos serán tal vez testigos del nacimiento de un nuevo rito:
“la misa pio-paulo” (págs. 195-196). O. Pichon le pregunta sorprendido: ¿misa
pio-paulo ? ¿Qué están inventando ahora? Y el P. Celier se explica: mezcla del
rito Pio y del rito Paulo. En la misma página 196, el P. Celier se explaya: la
misa pio paulo sería simplemente una mezcla del rito “Pio” y del rito “Paulo”.
Los jóvenes sacerdotes, queriendo arraigar en la tradición la liturgia que
celebran en público, simplemente importarán las partes de la liturgia
tradicional que celebran de manera más ocasional. O. Pichon alienta al P.
Célier a precisar su pensamiento sobre lo que él llama un proceso de
re-tradicionalización: a) Que Roma se conforme con abrir cada vez más las
puertas a lo que es tradicional y vele de frenar a los obispos que quisieran
perseguir abiertamente este regreso a la tradición. Con el paso de los años,
llegarán sacerdotes más apegados a la tradición litúrgica, que fueron formados
en su juventud con los ritos más tradicionales, la nueva liturgia estará más
irrigada de las fórmulas tradicionales y del espíritu tradicional. Es así que
tal vez veremos nacer e imponerse, con el paso de los años, este rito híbrido
que he llamado, de manera un poco humorística, la misa pio-paulo. (pág. 198)
Notemos la expresión ritos más tradicionales y no “rito tradicional”…b)
Enseguida propone la técnica del ju-jitsu, arte marcial que tiene como
principio el utilizar la fuerza del adversario para vencerlo. Es decir, poner a
los “adversarios de la tradición” en una trampa dialéctica utilizando los
argumentos clásicos del liberalismo. Roma podría agregar el ofertorio
tradicional, entre las opciones posibles (pág. 200). En esta hipótesis, Roma
tendrá ciertamente la idea de utilizar, para esta promoción de la tradición,
los mismos argumentos progresistas: libertad, riqueza de elección, antigüedad
de los textos, ¿qué se yo? (pág. 200). En ningún momento, en su libro, el P.
Célier critica la “misa pio-paulo”, y dice además: "Si sucede como
imaginamos, que la nueva liturgia se irrigue con las riquezas de la liturgia
tradicional, llegando a esta misa piopaulo, ciertamente que tendrá un cierto
número de adeptos" (pág. 201). No habla de contaminación, sino de
irrigación, pues algo se irriga para volverlo fecundo y que produzca muchos
frutos…
Apenas publicado
el libro del Padre Celier, el Papa Benedicto XVI publicó el Motu proprio
Summorum Pontificum. En su carta a los obispos con motivo de éste, el Papa
dice: Por lo demás, las dos Formas del uso del Rito romano pueden enriquecerse
mutuamente: en el Misal antiguo se podrán y deberán inserir nuevos santos y
algunos de los nuevos prefacios. La Comisión “Ecclesia Dei”, en contacto con
los diversos entes locales dedicados al usus antiquior, estudiará las
posibilidades prácticas. En la celebración de la Misa según el Misal de Pablo
VI se podrá manifestar, en un modo más intenso de cuanto se ha hecho a menudo
hasta ahora, aquella sacralidad que atrae a muchos hacia el uso antiguo.
En el seno del
GREC se trató este asunto: “Después del Motu proprio del Santo Padre de julio
de 2007, se puede esperar que el antiguo y nuevo rito no solamente van a
cohabitar, sino a enriquecerse mutuamente. Después de las desoladoras
divisiones en torno al altar entre los “tradicionalistas” y “conciliares”, la
Eucaristía será verdaderamente lo que es: el sacramento de la unidad y de la
caridad. (Por la necesaria reconciliación, pág. 82).No habrá reconciliación
profunda y por lo tanto unidad de espíritus y corazones en el mundo sacerdotal
(…) sin la reforma litúrgica. La reconciliación por la reforma litúrgica debe
ser la palabra clave en la Iglesia hoy. Pero en esta reforma que desembocará en
una verdadera reconciliación, hay que tener en cuenta el sentido de lo posible
y, en el dominio litúrgico, ir poco a poco (idem, pág. 113).
El Padre Barthe,
miembro del GREC, hablaba de la « reforma de la reforma » desde tiempo atrás al
Motu proprio. Las siguientes afirmaciones del Padre son interesantes: Por
principio pienso que es completamente irreal el creer que se puede de un golpe
hacer que en todas las parroquias del mundo, todas las misas sean celebradas
según el uso antiguo. En cambio, yo constato (…) que el misal de Paulo VI
contiene una casi infinita posibilidad de opciones, de adaptaciones y de
interpretaciones, y que una elección progresiva o sistemática, o
sistemáticamente progresiva, las posibilidades tradicionales que ofrece hacen
posible, sobre el terreno parroquial, legalmente, (…) su
“re-tradicionalización”. Muchos sacerdotes de parroquias (…) practican esta
reforma de la reforma, frecuentemente por etapas, y en su gran mayoría celebran
también la liturgia tradicional. Justamente, apoyándose en las obras de Joseph
Ratzinger (Informe sobre la fe; Mi vida, El Espíritu de la liturgia, Un canto
nuevo para el Señor, La celebración de la fe) y autorizándose en ellos, una
nueva generación de teólogos, de historiadores del culto divino, de
responsables de alto nivel, se ha constituido. Ellos forman hoy el medio de
pensadores de la reforma de la reforma -un nuevo movimiento litúrgico, como al
Papa le gusta decir- y que apoyan el Motu proprio.
Dicho esto,
ninguno de entre ellos -especialmente el primero de entre ellos, el Papa-
pretende promover una reforma de la reforma por textos, decretos y a fortiori
por la edición de un misal fusional (…) sino que quieren proceder por el
ejemplo, la exhortación, la educación, y sobre todo (…) provocando un sano
“celo” de la forma llamada “ordinaria” respecto a la forma llamada “extraordinaria”
(P. Barthe - Monde et Vie n°832 - 20 septiembre 2010).
¿Quiénes son,
entonces, esta “nueva generación de teólogos… y de responsables de alto nivel”?
Entre ellos, encontramos a los obispos y cardenales que, sin dejar de apoyar al
concilio, apoyan la misa tradicional y los algunos valores morales
tradicionales. Y precisamente con ellos (Cardenal Burke, Mons. Schneider,
cardenal Brandmuller) la Fraternidad lleva a cabo esos “encuentros informales y
cordiales”, publicando en sus sitios, además, las entrevistas o declaraciones
de estos prelados sin advertir a los fieles que son férreamente conciliares, y
que su “tradicionalismo” no es tal.
Abandonando el
antiguo combate y retrocediendo cobardemente hasta la sola defensa de la Misa
Tradicional (mínimo común con los liberales "de sensibilidad
tradicional" o "conservadores"), la Fraternidad, aún sin firmar
acuerdo, se está auto sentenciando a muerte.
Terminamos con
Monseñor Lefebvre: esto es lo que decía Leon XIII en su encíclica sobre los
masones: “Ellos quieren destruir a fondo las instituciones cristianas. Ese es
su objetivo”. Pues bien, ¡ellos lo están logrando, ellos lo están logrando!
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