Deus meus Deus meus ut quid dereliquisti me
(Dios mío, Dios mío, porqué me has
abandonado…)
El clamor en la
soledad, la ausencia de Dios es la ausencia del amor. La ausencia del amor no
es el síntoma de que yo no me amo a mi mismo, sino que es el síntoma de que no
amo a los demás.
Pero el abandono
de Dios Padre Todopoderoso a su Hijo, nuestro redentor, no fue la ausencia de amor
por, hacia o para Él, ese abandono es el amor de Dios Padre hacia nosotros
porque al estar en el fuego abrazante del sacrificio Él Hijo está abandonado
para nosotros, culminando la entrega con el derramamiento de sangre en la
Santa Cruz; en esa mística entrega las
barreras de las dimensiones se rompen y satanás está presente en el Gólgota, pero
no goza, sufre en demasía, porque las llamas del infierno le queman con mas
potencia, y el abandono que exclama Nuestro Señor es una espada abrazante que
castiga al demonio porque en la entrega del Cordero para el Sacrificio no hubo
ni una pizca miserable de duda ni arrepentimiento para ejecutar la acción de
sometimiento y la opción de los más pobres de espíritu se canaliza finalmente
cuando la lanza abre el Santo Costado derecho y el agua del bautismo y la
sangre de la hostia Consagrada brotan en exceso y sumerge a los que creen en su
Divina Misericordia; y a satanás y sus espíritus malignos los hunde aún más en
el abismo de su orgulloso infierno.
La soledad es el
mayor castigo que infringimos los seres humanos a quienes despreciamos, la
soledad manifestada con el rechazo, con la selectividad. [San Mateo 25:35-36 Porque tuve hambre, y me disteis de
comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba
desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis
a verme."]
Estar en solitario
no es lo mismo que padecer soledad. Su Majestad estaba rodeado de una multitud
al momento de la crucifixión, no obstante no emite la única queja que le conocemos
en todos los Santos Evangelios como un reclamo a su Padre, es una queja no
hacia Dios sino hacia nosotros, una queja hacia los crucificados de todos los
tiempos que no son auxiliados por los que decimos llamarnos Cristianos. Una
queja de que teniendo el don de la voz, de mi boca solamente salen malas
palabras, comentarios o juzgamientos hacia nuestros prójimos. Una queja de que
teniendo tiempo disponible no adoro al Señor o en otras instancias atender a
los desposeídos bien con palabras de aliento, visitando al enfermo u orando por
el perdón de los pecados y necesidades de los demás. La soledad del Señor no es
igual a la soledad nuestra aunque alguna vez en la vida cada cual ha
experimentado la sensación de soledad total y en ese experimento aparecieron
los sustitutos del amor Divino.
El gemido, el
grito de abandono es eterno, las dimensiones celestiales no son como las
nuestras, las nuestras se rigen por el reloj, lo ancho, lo largo, lo profundo,
lo alto; en el tiempo o estado del cielo las palabras y los momentos quedan
sostenidos, suspendidos, de manera tal que cualquier acción de amor perdura y
cualquier acción o palabra quedan inquebrantables hasta la posteridad. Nuestro
Señor Jesús aún está colgado en la Santa
Cruz repitiendo en el eco eterno las Santas Palabras
proferidas por Él. Los clavos, hierro cruel, frío y tibio, fríos al penetrar
los cartílagos, tibios por la exposición al sol de las almas inseguras, están perforando
sus inocentes manos.
La soledad de Su
Majestad se manifiesta especialmente cada Viernes; cada Viernes es Santo,
especialmente a las tres de la tarde, hora en que la vida del humano tuvo señalado
el sentido en su vivir.
satanás ha logrado
transformar los viernes, los sábados y los domingos en un puente para desconectarse
de la rutina diaria para aquellos que estamos “agobiados” y merecemos un “merecido
descanso”; así debía obrar, porque estos días son en los que en el cielo hay
gozo y se repiten las Santas Acciones de Nuestro Señor: Crucifixión y Muerte y Resurrección.
Y nuevamente estamos en este viaje en el tiempo terrestre, pero perennidad en
el estado celestial, dándole la espalda al hijo del carpintero, aquel que
andaba descalzo, que no viene de un pueblo de eruditos ni posee título
profesional alguno; inteligente satanás, los viernes gracias al marketing y al
consumo, son días de diversión y alegría.
¿Si alguno de
vuestros familiares muere? Al día siguiente del entierro digamos que es viernes
¿estás contento de escuchar el ruido que se escucha dentro de un bar por el
disfrute de las personas? O ¿de la música
con volumen un poco alto del vecino? y dices para tus adentros: no me respetan
el duelo que tengo. Pues para los hijos de Dios, y que consideran a Jesús Él
Señor hermano y dueño, entonces debiera existir al menos un pequeño
recordatorio a las tres de la tarde qué en día viernes ese ser amado murió, es
cierto que resucito, pero los latigazos, la corona de espinas, los golpes en
los interrogatorios y demás vejámenes,
el vía crucis y crucifixión, todo eso no se borra con la Santa Resurrección.
[Apocalipsis 3:15-16 Conozco tu conducta: no eres ni frío
ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Ahora bien, puesto que eres tibio,
y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca.] La Crucifixión del Señor es el acto consagratorio de la razón de haber venido al mundo, sucedió
un viernes, como hoy, un viernes lleno de soledad para Él.
La mayor necesidad
del Señor es que expresemos nuestro agradecimiento, elevemos una oración a las
tres de la tarde de cada viernes y digámosle que estamos agradecidos por el
amor que nos tiene manifestado en su entrega en la Santa Cruz.
La soledad del ser
se reprime con el amor entre hermanos, pero no solamente entre hermanos sanguíneos
o por afinidad, sino que todos, especialmente con los que guardo alguna
rencilla, enojo o envidia particular. [1ª de Samuel 15:22 Pero
Samuel dijo: ¿Acaso se complace Yahveh en los holocaustos y sacrificios como en
la obediencia a la palabra de Yahveh? Mejor es obedecer que sacrificar, mejor
la docilidad que la grasa de los carneros.]
Un Viernes, no cuaresmal.
“-Dios
mío
en
las vicisitudes de la vida
a
veces desfallezco
y
te reclamo:
¿Porque
me has abandonado.?
-Tu
cruz es ligera
pero
los clavos
cercenadores
de mis palmas
derraman
gotas de desesperación.
¡¡¡Clamo
a ti:
Y
no recibo la respuesta.!!!
¡¡¡Grito
al cielo:
Y
el grito se ahoga
sin
eco, sin resonancia!!!
-Dame
la gracia, Señor
de
soportar como tu soportaste:
De
calladamente
aguantar
los azotes de los fracasos;
Los
escupitajos del mundo moderno;
La
corona de espinas
por
mis malos pensamientos;
La
burla de los demás
por
aspirar a acompañarte
en
el Vía Crucis eterno.
-Sempiternos
tus dolores:
Oh
Jesús de Los Dolores
Dame
de tu soledad
compártela
conmigo
en
este viernes no cuaresmal:
El
amor no es por temporadas
¡¡Tu
Santa Pasión
no
es un estado modal;
Tú
dolor y tú amor es eternal!!
-Contigo
dos ladrones:
Uno
se va al paraíso
él
otro a purgar dolores.
-Quiero
ser ese ladrón
él
que estaba a tu derecha
qué
sin ninguna duda humana
confió
en tu Divino amor
y
en recompensa
le
diste las llaves de tu corazón.”
Viernes Santo Eterno 16/01/2015
El Salvador
Saulo de Tarso.
Por siempre sea alabado Jesús
Sacramentado, en los Cielos y en la
Tierra vuestro Nombre sea alabado.
Por siempre sea alabado Jesús
Sacramentado, en los Cielos y en la
Tierra vuestro Nombre sea alabado.
Por siempre sea alabado Jesús
Sacramentado, en los Cielos y en la
Tierra vuestro Nombre sea alabado.
Ave María Purísima, Sin Pecado Concebida.
Ave María Purísima, Sin Pecado Concebida.
Ave María Purísima, Sin Pecado Concebida.
Amén.
P.D.:
Gracias
Padre, tú existes y me lo demuestras a cada instante, gracias por dos milagros
materializados este día. Bendito sea tu Santo Nombre.
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