San Pedro, El Primer Papa, Modelo de
Papa.
[Comentario / reflexión a San Juan
1:35-42]
Su Santidad San
Pedro, el primer Papa probado en el fuego y muerto en martirio, pidiendo ser
crucificado boca abajo por no considerarse digno de morir cómo murió El Verbo
Humanado; humildad, porque a esas alturas en que murió su santidad era
beatifica.
El ejemplo del
crecimiento del hombre en la fe, probado en su voluntad de hombre y atrevido en
el amor hacia El Señor; fue el que siempre estuvo presto a lanzarse incluso al
agua para caminar sobre ella e ir en pos de La Luz.
Es verdad que le
ha negado tres veces, ¿acaso no estuvo cerca del Señor cuando le martirizaban?
¿No es ese un acto de valentía? ¿lo harías tu? esa negación fue parte de su
crecimiento, ya con el arrepentimiento posterior al hecho, su corazón quedo
dispuesto para lo que se vendría.
Hombre con
decisión, pero hombre al fin que se quebranta o se hunde en el problema cuando
la situación parece salirse de las manos. La fe de su Santidad San Pedro fue
arrancada de la carne y elevada a lo espiritual; porque varias ocasiones su acción
humana arrebato alguna palabra de amor o de reprensión por parte del Señor;
como en aquella ocasión en que El Señor le dice: aléjate de mí , satanás,
cuando Su Santidad San Pedro le arenga para que no vaya a Jerusalén a
entregarse o cuando le corta la oreja a uno de los que llegaron a Getsemaní a
apresar al Mesías y El Señor con firmeza y dulzura le hace ver que la espada no
es la solución.
San Pedro es el
modelo de Papado que debió mantenerse en el tiempo, sujeto al ayuno, a la oración
y a la penitencia, logrando con ello la sanación, curación y exorcismo de
muchos fieles en esa “iglesia modelo” (no primitiva, la primitiva somos la
actual).
Un papado cercano
al pueblo, pero no para la fotografía o para opinar sobre temas que son del
demonio, sino que promulgando el amor y la Luz Verdadera que al final es
lo que importa en el paso de esta vida; con homilías que reprendían a los que
le escuchaban y no homilías adaptadas al gusto del pecador para que no se aleje
de la iglesia; la cizaña qué se aleje, el trigo queda. Por eso la cizaña ha nacido
en demasía y el trigo es poco el que va quedando en los trigales y viñales del Señor.
San Pedro, la
piedra en que se apoya la piedra angular. San Pedro el pescador de hombres y
por herencia de su carácter y firmeza la iglesia permanecerá en el amor del
Señor hasta los tiempos finales y no será vencida por el modernismo, por los
tibios ni mucho menos por la poca voluntad de la feligresía para asumir el
compromiso de ser actores dóciles a la palabra pero rígidos en la voluntad de
las jerarquías que se afanan por hacer mas terrena la Palabra, El Verbo.
Ave María Purísima, Sin Pecado Concebida.
Ave María Purísima, Sin Pecado Concebida.
Ave María Purísima, Sin Pecado Concebida.
Amén.
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