Tentaciones
y demonios.
[Comentario / Reflexión a Hebreos 5:1-10]
Nadie, ninguno que
tenga vida espiritual puede ufanarse de que es superior a ninguno, porque
estando en el mundo todos estamos expuestos a la tentación y satanás cuando
logra encontrar una fisura en el corazón de alguno que lleva vida espiritual
entonces no entra solamente él sino que muchos espíritus malignos para qué con
la conducta pecaminosa del individuo al
ser juzgado por la crítica de los demás pueda ganar más almas para sí. [San Lucas 17:1. Dijo a sus discípulos: «Es imposible que no vengan
escándalos; pero, ¡ay de aquel por quien vienen!]
Generalmente
satanás se vale de cualquier humano para actuar con posesiones, y todos en
alguna medida estamos influenciados por algún demonio en alguna u otra
instancia, ¿o alguno de nosotros al vernos en el espejo podemos ver la aureola
de santidad?; porque posesiones satánicas no son solamente las que ocurren de
manera estridente y que necesita un exorcismo "profesional" y tiene que accederse a un sacerdote consagrado autorizado
por el vaticano para tal menester; no, todos cuando no llevamos una vida
religiosa/espiritual cargamos diferentes dominaciones o demonios, v.gr. los
vicios tales como el tabaco, el licor, juegos de azar, apostar, decir
demasiadas malas palabras o maldecir, criticar a otros constantemente, etc. son
pequeñas posesiones satánicas que se ahuyentan con la práctica religiosa y
sacramental, tales como el sacramento de la reconciliación y tomar el Cuerpo de
Cristo, rezo del Santo Rosario y así penitencias y ayunos.
La mayoría de
demonios se aferran a la carne, nos referimos no a la dermis sino que la vida
completamente material, aunque hagamos buenas obras para con los demás, no
ayudan mucho en la vida espiritual, porque estas obras están, casi siempre, atadas
al ego y la obra que se hace para quedar bien con la sociedad no es obra de
caridad. [San Mateo 6:3-4. Tú, en cambio,
cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así
tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te
recompensará.]
La batalla
espiritual en la que estamos envueltos todos sin excepción, los que practican
la fe y los que no la practican regularmente -sino que solamente con acciones
aisladas o por compromiso social- puede perderse en cualquier momento ya que
estar en el mundo es estar en la tentación constante y no solamente para los
pecados de impureza sexual sino en general, especialmente los pecados
relacionados con la palabra, con la manera en que administramos la lengua ya
que “el hablar sin medida y peso es un
cuchillo de dos filos que hiere al que habla juntamente al que oye, y entrambos
destruyen la caridad, o la impiden con todas las virtudes” (Santísima
Virgen María a Sor María de Jesús Agreda), y esos pecados son parte de esas
posesiones demoniacas que cargamos todos nosotros.
El practicante
espiritual debe pedir no solamente por los demás sino que también por los
pecados de sí mismo, ya que “creerse santo “ es obra de satanás al hacer uso
del orgullo de la persona para darle un dulce de vanidad.
La Santa Misa recibida con el debido respeto y tomando el Santo Cuerpo de Cristo
debidamente preparado, es decir una buena confesión y la penitencia, es el
mejor exorcismo existente, y la comunión diaria es un repelente para soportar
cualquier tentación.
[Hace unos meses en un
Santo Rosario que a solicitud de una persona que tenía problemas con espíritus
malignos le hostigaban la vida en su casa, le rezamos como intercesión por
liberación, se manifestó qué eso le sucedía debido a que la señora vivía en
concubinato con su pareja, no estaban casados y estaba tomando El Cuerpo de
Cristo en esas condiciones, mancillaba el Cuerpo de Cristo y caía en pecado
mortal. Entonces la recomendación fue dejar de tomar El Cuerpo de Cristo sino
hasta que se casara por la iglesia con su pareja y entrar en vida de reconciliación con El
Señor, pero no hizo caso de la recomendación y el próximo camino será el siquiátrico
o una vida de depresión eterna hasta donde soporte su psiquis y corazón.] Todos queremos soluciones fáciles y de la noche a la mañana,
el camino estrecho por eso lleva ese nombre porque tomarlo requiere además de
la voluntad la permanencia en el ejercicio, esto no es una pastilla o píldora,
la espiritualidad es como un musculo que requiere vigilancia diaria, constante
y prácticas de misericordia.
La humildad y la
mansedumbre son necesarias para poder derrotar estos espíritus que, sin darnos
cuenta que convivimos con ellos, nos llevan por un camino diferente al que un
ser como nosotros merece llevar, la humildad para someterse a la confesión y
absolución y la mansedumbre para aceptar que hay que someterse a los
sacramentos de nuestra fe son armaduras espirituales permeantes para este fin.
Ave María Purísima, Sin Pecado Concebida.
Ave María Purísima, Sin Pecado Concebida.
Ave María Purísima, Sin Pecado Concebida.
Amén.
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