https://www.youtube.com/watch?v=VOCvO7Thoaw&feature=youtu.be
La idea.
[Reflexión / Comentario a Hebreos 3:7-14]
Los extraterrestres, la
magia blanca y negra, los horóscopos, angeleología y angeles de luz en la tierra, la curación por medio de medicinas
espirituales orientales, yoga, etc. No
hay diferencia en creer en todas estas apostasías comparado con alguien que dice ser
católico porque glorifica al Señor y da
testimonio de su existencia al tener recursos suficientes, dinero, etc., para
el consumo de bienes terrenales; pero
cuando se acaba el ciclo de abundancia entonces Él Señor no es mi pastor y en
esa debilidad en la tribulación surgen las creencias en filosofías o
espiritualidad alejada de la realidad y satanás hace su trabajo.
La frustración de no
ser quien deseo ser o no ser como son otros es una buena palanca para incluso
creer en espiritualidad extraterrestre, esa que vende amor y paz, hermandad,
gozo terrenal, y hace buenas obras pero blasfemando y mancillando el Santo
Nombre del Señor. Corazones endurecidos, eso tenemos muchos de nosotros.
La apostasía es normal
en nuestros tiempos, muchos nos escudamos en que “a mí no me preguntaron si yo deseaba
ser católico cuando me bautizaron” y en ese mal exorcismo que fue el bautismo
muchas legiones no fueron expulsadas o fueron expulsadas pero la falta de
práctica nos lleva a infestarnos con el paso de la vida. [San Mateo 12:43-45. «Cuando el espíritu inmundo sale del
hombre, anda vagando por lugares áridos en busca de reposo, pero no lo
encuentra. Entonces dice: "Me volveré a mi casa, de donde salí." Y al
llegar la encuentra desocupada, barrida y en orden. Entonces va y toma consigo
otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí, y el final de
aquel hombre viene a ser peor que el principio. Así le sucederá también a esta
generación malvada.»]
Mientras más nos
tardamos en desinfestarnos, mas se endurece el corazón y todo lo relativo a la
proclamación del evangelio nos parece algo que es historia y que esta
desactualizado o que cada quien es libre de decidir qué hacer con su vida, que no es propia [el cuerpo es
digamos un préstamo, es solamente un “vehículo” que le sirve al alma para soportar
el tránsito por la tierra y a través de la expiación optar por la vida eterna
en la Iglesia Triunfante (I Corintios 6:19. ¿O no sabéis que vuestro cuerpo es
santuario del Espíritu Santo, que está en vosotros y habéis recibido de Dios, y
que no os pertenecéis?)]
Pocas personas, muy
pocas, en esta apostasía que vivimos tienen la piedad de orar, rezar, para
pedir perdón por los pecados y derramamiento de gracias para los otros, el rito
normal de alguien que acostumbra rezar por la mañana al despertar y al
acostarse es por las gracias, problemas y pecados personales, pero muy pocos
tenemos la práctica diaria de pedir por otros, y esto es importante para
nuestra propia salvación también, ya que es un acto de misericordia.
Otro efecto de la
apostasía actual es que no ejercitamos el don de la piedad, la pérdida de
confianza en el Dios Vivo, en Él Jesús que es palpable y tiene un corazón
profundo en bondad y amor hacia nosotros, esto es como efecto de no ejercer la
práctica religiosa y por ende la práctica de la misericordia para con otros; de
existir algún acto de bondad para con otros es porque quiérase o no hay un
interés de sentirnos bien, alimentar el ego, pero no de actuar con el amor de
Dios manifestado en nuestra acción.
Le tenemos confianza al
dirigente político, al que sabe hablar o escribir en artículos de opinión en
los que se atacan unos con otros, pero eso es basura, no sirve de nada en la
vida eterna sino que de condenación. [Filipenses
3:8. Y más aún: juzgo que todo es pérdida ante la sublimidad del conocimiento
de Cristo Jesús, mi Señor, por quien perdí todas las cosas, y las tengo por
basura para ganar a Cristo,]
El corazón endurecido,
blindado, ese que nos hace ver la vida espiritual como qué esta por detrás de
un escaparate y le observamos en esa vitrina desde el andén, en la calle, y
creemos que los qué practican la fe son débiles o aburridos y que nosotros
estamos en el mundo para gozarlo, solo hay una vida dicen, y ese cemento que
recubre el epicardio no permitiendo que la Palabra, La Luz, Él Verbo penetre al interior, dando la
impresión que cada latido en lugar de bombear sangre y recibir sangre en su
sístole y diástole, lo que entra es ciencia, tecnología, satisfacción de
necesidades, estar a la moda, no importando lo pobre que se sea, pero ni un roció de lo que realmente importa
para la vida eterna logra penetrar. [San Mateo 6:
21. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.]
No se mueve la hoja de
un árbol sin la voluntad de Dios, [Eclesiastés
3:1 1. Todo tiene su momento, y cada cosa su tiempo bajo el cielo:] el decidirá en
qué momento, cuando a cada uno de nosotros le corresponderá lo que le toque.
Que el Espíritu Santo
le bendiga y gracias por leer o escuchar esta reflexión.
Amén.
Ave María Purísima. Sin Pecado Concebida.
Ave María Purísima. Sin Pecado Concebida.
Ave María Purísima. Sin Pecado Concebida.
Gracias Espíritu Santo.
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