La Nueva Alianza
[Comentario / Reflexión a Hebreos 8,6-13]
El Santo Evangelio se refiere a qué al liberar a los Israelitas de la
esclavitud en Egipto, al llegar al monte Sinaí, manifestándose Dios en toda su
gloria y majestad ante Moisés para entregarle el decálogo de la Antigua Alianza, y
con su sometimiento a cumplir esos preceptos obtendrían el beneplácito de Dios [Éxodo 20:1-18].
Hasta ese momento
la humanidad representada por el pueblo de Israel no había tenido un patrón que
guiara la conducta y menos en ese momento que luego de ser liberados de Egipto
con tanto tiempo de cautiverio [Éxodo 12:40.
Los israelitas estuvieron en Egipto 430 años.] y contaminados con la cultura egipcia
de adorar deidades, de culto al cuerpo, de creencias astrológicas, etc., el clamor a Dios no era espiritual sino que
terrenal, deseaban la libertad terrenal y no la libertad del espíritu a través del
verdadero amor a Dios y al prójimo. [Juan 8:32. y conoceréis la verdad y
la verdad os hará libres.»].
La Ley no se cumplía [ni
se cumple aún] por los Israelitas en su esencia, porque el amor al prójimo,
sobre las cuales los diez mandamientos de La Ley de Dios hacen hincapié en cada uno de ellos, no
se ejerció sino qué lo que sucedió fue la esclavitud del hombre a la ley; Esa alianza que motiva
conductas en apariencia buenas pero que ocultaban en el corazón el desamor. Es
diferente cumplir la ley pero amando que cumplirla y sin amor.
La Nueva Alianza es sentenciada por Dios Padre al entregar a su hijo como cordero y
estableciendo a través de Él un nuevo pacto,
[Lucas 10:27. Respondió: «Amarás al Señor tu Dios
con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu
mente; y a tu prójimo como a ti mismo.»], y quién se sujete a ese pacto
alcanzara la vida eterna [San Juan 14:6 Le dice Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al
Padre sino por mí.], Él vino a abolir la Ley y a darle vida a la religión a través de la práctica
de la misericordia expresada por la caridad. El pacto de los diez mandamientos
tiene validez porque amar al prójimo como a uno mismo es cumplir con todos los
preceptos y ser caritativo, porque la caridad no solamente se ejerce dando
bienes materiales, sino que también con comprensión, palabras de aliento
sinceras, y cuidándonos de los demás vicios de la lengua que con facilidad nos
condenan.
El Verbo Humanado,
La Luz, La Palabra, a través de su
venida al mundo, predicación de su Evangelio, su muerte y resurrección; da la
oportunidad qué todos conozcamos a Dios, antes de la Nueva Alianza pocos eran los
dichosos a los cuales Él se les manifestaba, con Nuestro Señor Jesucristo [San Juan 10:14-15, Yo soy el buen pastor; y conozco mis
ovejas y las mías me conocen a mí, como me conoce el Padre y yo conozco a mi
Padre y doy mi vida por las ovejas.], todos tenemos la
oportunidad de conocer a Dios Padre, porque Él Juez y Señor, Jesús, no le
cierra las puertas de su corazón a nadie que está dispuesto a recibir su amor.
Llegar a conocer
la plenitud del amor de Nuestro Señor Jesucristo hacia nosotros debe estar en
concordancia de elevar el sentir de lo humano a lo espiritual, liberarnos de
las ataduras que a similitud de los cautivos en Egipto vivían atados a la
tierra pero sin un corazón dócil; entonces la Nueva Alianza sellada con la Sangre del Cordero nos redimirá
de nuestras cargas y el mundo será secundario y lo importante será ejercer la
caridad, hacer realidad el Reino de Los Cielos en la tierra, para ganarnos el
paso a la vida eterna.
Amén.
Ave María Purísima, Sin Pecado Concebida
[San Lucas 1:35]
Ave María Purísima, Sin Pecado Concebida
[San Lucas 1:35]
Ave María Purísima, Sin Pecado Concebida
[San Lucas 1:35]
Gracias Espíritu Santo
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