Ayer por la tarde
antes de la
Liturgia :
“-Al borde del quebranto
como raíz en suelo árido
que no encuentra ni el
macronutriente
y menos la gota de agua de vida;
así estaba mi corazón
turbado por lo indigno de mí ser
horas antes
de la santa comunión.
-Pero tú eres poderoso y
sobre cualquier poder
Eres el amor de los amores;
Más que juez justo, eres caridad
perfecta
y luego del acto de contrición
mi corazón se fue disponiendo
y poco a poco, la raíz encontró
tierra fértil que le dio vida.
-Ya luego en la liturgia
El Sacerdote, llenó del Espíritu de
Dios,
explicó que la tardanza del Buen
Pastor
en atender el clamor de los
remantes
ante la tempestad cruel y difícil
se debe a que es necesario en
vicisitud
o en alegría, compartir con el Rey
de Reyes
Orando sin Ocio
y cuando El considera que nuestras
fuerzas
ya no rinden
el obra con su poderoso amor y nos
complace
en todo aquello por lo que hemos
clamado;
Cuando más en tribulación abatidos
lamentamos
es cuando más cerca el Santo Pastor
nos pastorea hacia el redil del
amor eterno:
¡¡Qué bueno es sentirse,
-a pesar de nuestras falacia-
sentirse un ser por Dios amado!!.
-Con la Palabra llegó la Luz
y nuestro Señor es la luz
y la luz se hizo;
Y con tu cuerpo sacramentado
esparcido en mis venas
los latidos de tu amor
ahogaron las penas y
volví a nacer,
he vuelto a tener la esperanza
firme y
la añoranza del cielo, nuestra
querida patria."
Saulo
de Tarso
El
Salvador
Enero
7, 2016.
Le
vieron repartir panes y peces a cinco mil personas, y aun este prodigio no les
despertó la fe en El Señor [Nos sucede a
algunos, que aun viendo la Luz
nos mantenemos en la oscuridad], luego sucedió
esta maravilla:
Mateo 14
22
Inmediatamente obligó a los discípulos a subir a la barca y a ir por delante de
él a la otra orilla, mientras él despedía a la gente.
23
Después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar; al atardecer
estaba solo allí.
24 La
barca se hallaba ya distante de la tierra muchos estadios, zarandeada por las
olas, pues el viento era contrario.
25 Y a
la cuarta vigilia de la noche vino él hacia ellos, caminando sobre el mar.
26 Los
discípulos, viéndole caminar sobre el mar, se turbaron y decían: «Es
un fantasma», y de miedo se pusieron
a gritar.
27
Pero al instante les habló Jesús diciendo: «¡Animo!, que soy yo; no temáis.»
28
Pedro le respondió: «Señor, si eres tú,
mándame ir donde ti sobre las aguas.»
29 « ¡Ven!», le
dijo. Bajó Pedro de la barca y se puso a caminar sobre las aguas, yendo hacia
Jesús.
30
Pero, viendo la violencia del viento, le
entró miedo y, como comenzara a
hundirse, gritó: « ¡Señor, sálvame!»
31 Al
punto Jesús, tendiendo la mano, le agarró y le dice:
«Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?»
32
Subieron a la barca y amainó el viento.
33 Y
los que estaban en la barca se postraron ante él diciendo:
«Verdaderamente eres Hijo de Dios.»
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