EL
SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS
Nombre anunciado por el Ángel a San José e impuesto al Niño en la
circuncisión, invocado por los fieles desde los comienzos de la Iglesia, como
puede verse ya en san Pablo, empezó a ser venerado en las celebraciones
litúrgicas en el siglo XIV.
San Bernardino de Siena
y sus discípulos fueron los grandes apóstoles que propagaron este culto a lo
largo y ancho de Italia y de Europa.
En 1530, Clemente VII
concedió a la Orden Franciscana la celebración del Oficio del Santísimo Nombre
de Jesús.
Inocencio XIII, en el
s. XVIII, hizo extensiva la fiesta a la Iglesia universal. En la actualidad se
celebra el día 3 de enero.
«El nombre de
Jesús es el divino poema que expresa lo más sublime y lo más humilde que la
sabiduría y la misericordia de Dios han podido inventar para salvar a la
Humanidad decaída. Este nombre adorable, que primero pronunció el Ángel, y
luego María y José impusieron al Verbo Encarnado, fue también pronunciado por
Pilatos cuando leyó contra el Salvador la sentencia de muerte. Pero el Padre lo
constituyó juez de vivos y muertos, e hizo figurar su nombre como señal de
salvación en la frente de los predestinados» (A. I. Schuster).-
Oración:
Oh
Dios, que a tu Hijo le has puesto el nombre de Jesús, Salvador de todos los
hombres; concédenos pronunciar con gozo este nombre en la tierra y disfrutar en
el cielo de su presencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
The Holy Name of Jesus [Celebration on
Jan 3]
Evangelio según San Juan 1
1 En el principio existía la Palabra
y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios.
2 Ella estaba en el
principio con Dios.
3 Todo se hizo por ella
y sin ella no se hizo nada de cuanto existe.
4 En ella estaba la
vida y la vida era la luz de los hombres,
5 y la luz brilla en las
tinieblas, y las tinieblas no la vencieron.
6 Hubo un hombre,
enviado por Dios: se llamaba Juan.
7 Este vino para un
testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por él.
8 No era él la luz, sino quien debía dar
testimonio de la luz.
9 La Palabra era la luz verdadera que ilumina
a todo hombre que viene a este mundo.
10 En el mundo estaba,
y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció.
11 Vino a su casa, y
los suyos no la recibieron.
12 Pero a todos los que la recibieron les dio
poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre;
13 la cual no nació de sangre, ni
de deseo de hombre, sino que nació de Dios.
14 Y la Palabra se hizo
carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria
que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.
15 Juan da testimonio
de él y clama: «Este era del que yo dije: El que viene detrás de mí se ha
puesto delante de mí, porque existía antes que yo.»
16 Pues de su plenitud
hemos recibido todos, y gracia por gracia.
17 Porque la Ley fue dada por medio de Moisés; la
gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo.
18 A Dios nadie le ha
visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, él lo ha contado.
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