Jesucristo,
Sumo y Eterno Sacerdote
14 Cuando llegó la hora,
se puso a la mesa con los apóstoles; 15 y les dijo: «Con ansia he deseado comer
esta Pascua con vosotros antes de padecer; 16 porque os digo que ya no la
comeré más hasta que halle su cumplimiento en el Reino de Dios.»
17 Y recibiendo una
copa, dadas las gracias, dijo: «Tomad
esto y repartidlo entre vosotros; 18 porque os digo que, a partir de este
momento, no beberé del producto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios.»
19 Tomó luego pan, y,
dadas las gracias, lo partió y se lo dio diciendo: Este es mi cuerpo que es
entregado por vosotros; haced esto en recuerdo mío.» 20 De igual modo,
después de cenar, la copa, diciendo: «Esta copa es la
Nueva Alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros. [San Lucas 22:14-20
versión Biblia de Jerusalén, 1976]
Reflexión
Manny Cornejo
Entender, comprender la bondad inmensa del Señor manifestada en
toda su dulzura y amor de estar presente real y verdaderamente en el Sacramento
de la Eucaristía ,
dejando de lado el creer intelectual, sino que creer en esto porque nuestro
corazón nos los indica es una manifestación, una gracia del Espíritu Santo.
Creer con ingenuidad de niño1 [San Mateo
18:37] de tal modo que nuestros corazones
estén dispuestos a aceptar este real hecho de la presencia del Señor en la Hostia Consagrada
y si este creer fuese así de corazón, todo nos seria dado por añadidura2 [San Lucas 12:31]; entonces no necesitaríamos que
aparecieran profetas o instrumentos con llamados del cielo a la conversión,
para recordarnos lo que ya está escrito en la Santa Doctrina , en la Santa Palabra y en
el Catecismo; porque sucede qué para los católicos practicantes de Eucaristía
dominical o diaria, el comer el Cuerpo de Cristo nos haría uno solo con Él y
nuestros corazones palpitarían al unisonó con el de Él y la gracia y el don de la Santa Sabiduría
fluiría por el Espíritu Santo y nuestras conductas serian acorde a lo que
establece su Palabra y entonces no habría temores de que ocurra el gran aviso y
la tribulación seria más que una angustia un gozo y todas las señales que
acompañan estos tiempos postreros ya que quien tiene aceite suficiente en sus
lámparas puede recibir al Rey en cualquier momento porque está dispuesto a
cruzar el velo con la seguridad de que su gran amor (con la intercesión de su
Santísima Madre) nos llevaría a su presencia, ya que la limpieza en nuestros
corazones cultivada por la
Caridad 3 [1 Timoteo
1:5] nos permitiría poder ver el rostro del
Señor4 [San Mateo
5:8].
Si comiésemos su
Cuerpo con el creer sensorial, con nuestra alma y espíritu, todas nuestras
acciones, pensamientos, deseos y aspiraciones fueren santas, porque en esa
Encarnación del Señor en nosotros a través del Sacramento de la Eucaristía nos pondría
en línea de vida con Él; y ese encuentro personal con Él Señor sucedería cada
vez que comemos de ese pan y bebemos de ese cáliz, morando en nuestros
corazones libres de cualquier pecado mortal porque antes hemos recurrido al
Sacramento de la
Reconciliación 5 [San Mateo 6:12, 14-15], a la penitencia
y a la oración constante y continua6 [San Lucas
22:46] suplicando por nosotros y por los otros.
Dispongámonos pues
a participar del Santo Sacrificio de la
Misa dignamente y prepararnos apropiadamente para recibir el
Cuerpo de Cristo, para que estos pesebres indignos de recibir al Rey de Reyes
en lugar de servirnos de condenación8 [1 Corintios 11:27] nos sea de
provecho para alcanzar la vida eterna9 [San Juan 6: 53-58].
Rezad a diario el Santo Rosario.
AVE MARIA PURISIMA, SIN PECADO CONCEBIDA
AVE MARIA PURISIMA, SIN PECADO CONCEBIDA
AVE MARIA PURISIMA, SIN PECADO CONCEBIDA
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Rereferencias de la Santa Biblia :
1.- San Mateo 18:3 y dijo: «Yo os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los
niños, no entraréis en el Reino de los Cielos.
2.- San Lucas 12:31 Buscad más bien
su Reino, y esas cosas se os darán por añadidura.
3.- 1Timoeto 1:5 El fin de este
mandato es la caridad que procede de un corazón limpio, de una conciencia recta
y de una fe sincera.
4.- San Mateo 5:8 Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a
Dios.
5.- San Mateo 6:12, 14-15 y perdónanos nuestras
deudas, así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores; 14 «Que si
vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros
vuestro Padre celestial; 15 pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro
Padre perdonará vuestras ofensas.
6.- San Lucas 22:46 y les dijo: «¿Cómo es que estáis dormidos? Levantaos y orad
para que no caigáis en tentación.»
7.- San Juan 18:37 Entonces Pilato le dijo: « ¿Luego tú eres Rey?» Respondió
Jesús: «Sí, como dices, soy Rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido
al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha
mi voz.»
8.- 1 Corintios 11:27 Por tanto, quien coma el pan o beba la copa del Señor indignamente,
será reo del Cuerpo y de la
Sangre del Señor.
9.- San Juan 6:53-58 Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la
carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.
El que come mi
carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día.
Porque mi carne es
verdadera comida y mi sangre verdadera bebida.
El que come mi
carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él.
Lo mismo que el
Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma
vivirá por mí.
Este es el pan
bajado del cielo; no como el que comieron vuestros padres, y murieron; el que
coma este pan vivirá para siempre.»
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