Translate (traductor) (Übersetzer) (traducteur) (翻訳者)

sábado, 30 de enero de 2016

Wisdom and obedience: the Presentation in the Temple.








La Presentación del Señor Jesús en el Templo.
[San Lucas 2:22-40]

No vino al mundo a abolir la Ley [San Mateo 5:17] sino a dar cumplimiento; lo que vence al demonio no es la pobreza sino la obediencia.

La Inmaculada Virgen María y su esposo San José dieron cumplimiento a la Ley presentando al recién nacido conforme al tiempo en que la madre debiere ser purificada [San Lucas 2:22]  y aunque no estuviera obligada a hacerlo, siendo que era y es la Madre de Dios, cumplió humildemente con lo que la ley ordenaba.

Así el Rey desde que estaba en el vientre materno y en sus primeros días ya en el mundo se sometió a la obediencia, con ello manifestando su mansedumbre y humildad.

La obediencia es la base de la humildad, la tentación nos seduce para transgredir la obediencia; los llamados pecados veniales, aquellos pecados que creemos en nuestra conciencia que no le causan daño a nadie son el primer eslabón en la cadena de pecados mortales que inician cuando decidimos tomar caminos cortos, caminos anchos, desobedeciendo la norma, la regla, etc.;  En muchas ocasiones la desobediencia tiene su esencia en la comodidad, en la búsqueda de facilitar ciertas actividades o acciones a fin de satisfacer nuestras necesidades corporales o sentimentales le damos paso al placer, y sabemos que todo lo que le produce a la carne satisfacción tiene como consecuencia el adormecimiento o alejar al Espíritu Santo.

En esta vida actual, moderna, en que la secularización priva sobre lo espiritual, y que la individualidad ha marginado y desligado al ser humano del sentir social, o dicho de otra manera en esta época de redes sociales y de obtención de logros y reconocimientos o de lucha diaria por sobrevivir que hacen actuar al hombre buscando su beneficio personal y no la búsqueda del bienestar del prójimo, todo esto dado que los estándares de vida [consumismo] han sido trepados a un nivel en que los pobres son más pobres que los pobres de antaño y en que los ricos son más ricos que nunca, romper las reglas Cristianas [San Juan 13:34] es parte del diario vivir y el rechazo del bien y la propensión al mal [fomes peccati] y la obediencia es un asunto que de virtud se ha transformado en “valor” y siendo valor no es intrínseco al Espíritu sino al ego.

satanas ha sido, y es, derrotado desde que la Inmaculada Virgen María dio el sí al Arcángel San Gabriel en la anunciación [San Lucas 1:26-38] , iniciando la historia de nuestra salvación por medio de la obediencia, y en cada acto de nuestro Señor todo el tiempo que vivió en la tierra está basado en la obediencia; la obediencia es la base de la santidad [1 San Pedro 1:16], tal como el primer milagro que se hizo público en las bodas de Cana obedeciendo a su Madre [San Juan 2:1-5] ; por obediencia nuestro Señor fue ignominiosamente crucificado y por obediencia granjeo nuestra salvación eterna.

El acto de presentar al Niño Jesús en el templo es un acto de humildad basado en la obediencia; la obediencia en función de los preceptos emanados del cielo a través de los sacramentos libres de modernismos son el camino al cielo. Cumplir los diez mandamientos de la Ley de Dios, darle vida a las bienaventuranzas y el amor al prójimo son actos de obediencia similares al acto de obediencia de la presentación del Señor en el templo y purificación de la Santísima Virgen María.

Hay que obedecer a la Santa Iglesia, la verdadera Iglesia, y rechazar las prácticas modernistas que han mancillado incluso el Santo Sacrificio de la Misa; seamos humildes y mansos [San Mateo 11:29]  busquemos el camino de presentarnos también nosotros en El Templo tomando ese yugo que se llama obediencia y darle paso a la mansedumbre orando constantemente, buscando la Eucaristía diariamente y acompañar a San José y la Santísima Virgen María en esta presentación rezando a diario el Santo Rosario.

Ave María Purísima, Sin Pecado Concebida.
Ave María Purísima, Sin Pecado Concebida.
Ave María Purísima, Sin Pecado Concebida.

Amén.

CUARTO MISTERIO GOZOSO:
LA PRESENTACION DEL SENOR JESUS EN EL TEMPLO.

Reflexionemos:

         La Inmaculada Virgen Maria presento a Jesus en el templo, y aunque no          estuviera obligada a hacerlo, cumplió humildemente con lo que la ley ordenaba para su “purificacion”.

         “Cumplido asimismo el tiempo de la purificación de la madre, según la ley    de Moises, llevaron el niño a Jerusalen, para presentarle al Senor, como    está escrito en la ley del Senor: Todo varon que nazca el primero, será         consagrado al Senor; y para  la ofrenda como esta también ordenado en          la ley del Senor.” [Lucas 2, 22-24]

Oremos:

         Te ofrecemos, Señor Jesús, esta decena en honor de Vuestra Presentación    en el templo y Purificación de María; y te pedimos –por este misterio y la     intercesión de tu Santísima Madre- la gracia y el don de la sabiduría y una gran pureza de cuerpo y alma.

1 Padre Nuestro, 10 Ave María, 1 Gloria al Padre, 1 Oh Jesús Mío y al final agregar: Gracias del Misterio descended a nuestras almas y hacedlas verdaderamente santas.

Amén.

Manny Cornejo
Empresayevangelio.blogspot.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario