LOS SIETE SANTOS FUNDADORES DE LA ORDEN DE LOS SIERVOS DE
LA VIRGEN MARÍA
Que son Bonfilio, Bartolomé, Juan, Benito, Gerardino, Ricóvero y
Alejo Falconieri; éste murió, último de todos ellos, el 17 de febrero de 1310,
y en ese día los celebramos a todos.
Hacia el año 1233, cuando Florencia vivía agitada por las luchas
fratricidas, siete ciudadanos nobles, comerciantes, miembros de una asociación
seglar de devotos de la Virgen ,
unidos por el ideal evangélico de la
comunión fraterna y del servicio a los pobres, decidieron abandonar sus negocios y retirarse a llevar vida
eremítica en el monte Senario, cerca de Florencia, con particular dedicación al
culto de la Virgen.
Ya en el siglo XII habían aparecido en Europa numerosos grupos
de laicos – hombres y mujeres – que tenían el propósito de seguir más de cerca
a Cristo y de vivir más radicalmente el Evangelio, "sin glosas", como solían decir ellos, sin agregar nada.
Dichos laicos, dejando de lado los asuntos temporales y vueltos
totalmente hacia Dios, se dedicaban a la penitencia en sus casas o en lugares
apartados. Éste fue con frecuencia el origen de nuevos grupos de religiosos,
los cuales, por su índole evangélica, penitente y humilde, recibieron los
nombres de "Hermanos de la Penitencia", "Pobres de Cristo",
"Humillados", "Menores", y otros semejantes. Entre éstos
destacaron de modo singular las familias fundadas por San Francisco de Asís,
laico penitente, y por santo Domingo de Guzmán, canónigo de Osma.
Hacia el año 1233, mientras estaban en lucha el emperador
Federico II y el Papa, cuando en las ciudades de Italia reinaba la discordia y
rivalidades, siete mercaderes florentinos, por su especial amor a la Virgen
María, hacía ya tiempo que pertenecían a una asociación laical llamada
"Siervos de Santa María", y, unidos por una fraternal caridad, habían
dado un espléndido ejemplo de vida evangélica y de servicio a los pobres y
enfermos.
Los siete, impulsados por el Espíritu, decidieron retirarse a un
lugar solitario para dedicarse en común a la penitencia y la contemplación.
Así, pues, renunciaron al oficio de mercaderes, dejaron sus
casas, repartieron sus bienes entre los pobres y las iglesias, luego vistiendo
el sayal "de paño humilde y descolorido", propio de los penitentes de
aquel tiempo, se retiraron primero a una humilde casa fuera de la ciudad. Allí,
perseverando en el servicio al prójimo y ayudando en sus necesidades corporales
y espirituales, dieron un admirable testimonio de caridad.
"Fue éste el
primer paso de una vida consagrada enteramente a Dios, inspirados en la humilde
sierva del Señor, Santa María. Como su fama de santidad se iba propagando,
fueron muchos los que pedían unirse a ellos. En cuanto al hábito que llevaban,
lo vistieron para significar la humildad de la Virgen María y como recuerdo de
los dolores que sufrió en la pasión de su Hijo.
Oración:
Señor, infunde en
nosotros el espíritu de amor que llevó a estos santos hermanos a venerar con la
mayor devoción a la Madre
de Dios, y les impulsó a conducir a tu pueblo al conocimiento y al amor de tu
nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
AVE MARIA PURISIMA, SIN
PECADO CONCEBIDA
AVE MARIA PURISIMA, SIN
PECADO CONCEBIDA
AVE MARIA PURISIMA, SIN
PECADO CONCEBIDA
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario