Mi ayuno.
manny cornejo
empresayevangelio.blogspot.com
11/Feb./2016. Cuaresma.
Llevamos siempre en nuestros cuerpos por todas partes el morir de Jesús, a
fin de que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. [2
Corintios 4:10]
Te entrego mi carne Señor, que ya de por sí te pertenece, porque
tú eres el Dueño y Señor de todo y esta carne, deposito de mi alma, nada más es el vínculo entre el sufrimiento
eterno o el gozo eterno que mi alma sufrirá o gozara acorde con lo que le
corresponda y al uso que le di durante mi peregrinación por esta vida temporal a
los dones, a los talentos que recibí de ti [San Mateo 15:25-30]; carne por la que mi alma necesitara pasar por el crisol [1 San Pedro 1:7] y ser purificada, porque entiendo que ningún corazón impuro
puede verte a tu rostro Señor[San Mateo 5:8].
Mortifica mis sentidos Señor, en esta vida[2 Corintios 4:17], porque en mi cobardía y conociendo que me espera el purgatorio
o el infierno [San Mateo 25:41], le temo a ese instante de transición, le temo a tu justo juicio
[San Mateo 5:26] [Apocalipsis 20:12] , pero mi tendencia al mal y el rechazo del bien me condena a
hacer lo que aborrezco y rechazar lo que me hace bien [Romanos 7:19]; mortifícame en esta vida para
que el fuego abrazador de la gehenna no me purifique con eterno momento; permíteme purificar mi alma
obedeciendo a la verdad [1 San Pedro
1:22] y no
tropezando en ella. Permíteme ser trigo que cribas con amor y no cizaña [San Mateo 13:40] que arrojas al fuego por haber sucumbido a cualquier tentación.
Dale a mis ojos la mortificación de poder filtrar todas las
imágenes que percibo en mi diario vivir, de manera tal, que solamente puedan
llegar a mi corazón las imágenes purificadas, porque así como veo [San Mateo 6:22] así juzgo y juzgo conforme la
amargura o la dulzura que hay en mi corazón y encamino mis pasos conforme a lo
distorsionado o lúcido de mi sentir
[Génesis 6:5]. En este ayuno del eterno
presente cuaresmal apodérate de mi libre albedrio y las tentaciones del deleite
de apreciar, socávalos, reprímelos Señor mío, y voltea mi rostro a la tentación
y llena mi pensar de Ave Marías, Padres Nuestros y mortificación en este obrar,
libérame de ese adulterio [San Mateo 5:28] que dulcifica mi carne pero
deprime mi alma.
Sella mis labios Yahveh para no caer en la trampa [Levíticos 5:4] de pronunciar o de jurar tu nombre en vano [San Mateo 5:33-36], sella mis labios, restríngelos para que mi lengua [Santiago 1:26] nada mas pronuncie lo que es debido, y que no deba condenar mi
alma por decir lo que pienso sin meditar lo que digo, ¡no permitas Oh Señor
mío! Que mis ansias de querer salirme con la mía, o el deseo de hacer
prevalecer mi criterio impulsado por mi ego, mi amor propio, me haga perder la
dicha de llegar a la ansiada patria el Cielo. Que mi hablar sea el que debe ser
[San Mateo 5:37], sin añadir ni quitar y que a
cada momento mi sentido del hablar solamente sea útil para alabar tú Santo
Nombre [Colosenses 3:17]; que El Espíritu Santo se
apodere de mí razonar, sentir y actuar [Efesios
4:29] para
que mi cuerpo sea preservado de caer en desgano, desobediencia, ocio u omisión.
Dame oídos para entender, dame entendimiento para evitar el mal
y así actuar y vivir conforme tus deseos [San
Lucas 8:12-15],
permíteme escuchar para poder discernir lo que es verdad de lo que es mentira [Efesios 4:25], permíteme no engañar a mi sentido de la vista escuchando la
mentira haciéndole creer a mis ojos que es verdad, o engañar a mi palpar, a mi
sentido del tacto, confundiendo lo malo que escucho y palpo con el engaño que
oculta el mentiroso placer. Sí escucho tu voz, no permitas que endurezca mi
corazón [Hebreos 3:7-8] sino que sea dócil para que
cada llamado que tú me haces sea un sí de obediencia.
Dale a mis pasos, a mi andar, los caminos estrechos difíciles
que mitiguen mis faltas cometidas, permítele a mis pies ser los penitentes de
los martirios causados a tu Sagrado Corazón y al Inmaculado Corazón de tu
Santísima Madre; ayuna a mis pasos liberándolos del placer de buscar la
divagación, dirige mis pasos al lugar en que se alaba tu Santo Nombre, dale a
mis pasos [San Lucas 9:23] el calvario para ser como tú Eres
y en este peregrinar temporal regálale a mis pies aunque sea un poquito del
martirio doloroso penado en esa llaga en tus Santos Pies causada por el
cuadrado clavo de todos los pecados de la humanidad de ayer y hoy con que
fuiste y aún eres clavado.
Permíteme sobrevivir en este ayuno terrenal, desligarme de lo
que me ata al mundo, vivir pensando en ti, actuar conforme a ti te agrada y
amar al prójimo para poder encontrar en cada ser humano tu mismo reflejo [San Mateo 25:40] ; ayúdame a resarcir esta muerte primera, está la de vivir en
pecado mortal, buscando con afán y amor el sagrado sacramento de la
reconciliación y corrección de mi mal sentir[1
Corintios 11:26],
pensar y actuar; porque una vez cruzado el velo ya no hay retorno y en la
muerte segunda [Apocalipsis
22:14] ya no hay pruebas en contrario
o mitigación de la pena, porque entonces arderé en el fuego eterno.
Ayúname de la modernidad de esta Iglesia que aún es Santa porque
fue fundada por ti Señor; pero que el humanismo, la diversidad, el ecumenismo, las
fantasías, la tolerancia y el afán de gloria terrenal luchan porque los dogmas
de nuestra fe se adapten al pecado, haciendo cambios para que los sacramentos
sean actualizados conforme a la vida natural y no espiritual que atenta contra
tu Cuerpo Sacramentado aún a sabiendas que tú Eres El mismo ayer, hoy y siempre
[Hebreos 13:8] y que tu Palabra es eterna [1 Pedro 1:25].
Dame la gracia de examinarlo todo y quedarme con lo bueno en
este ayuno del vivir en esta vida temporal, peregrinación hacia la patria
celestial.
-Si decimos: «No hemos pecado», le hacemos mentiroso y su Palabra no está
en nosotros. [1 San Juan 1:10]-
No hay comentarios:
Publicar un comentario