Eclesiastés 3
Hay un tiempo
para todo
La Santa Biblia
Versión Biblia De Jerusalén, 1976
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Reflexión del blog:
Todo tiene su momento: En vida es
tiempo de lograr la conversión que nos permita llegar a la Patria Celestial.
Todo tiene su momento: En vida es
tiempo de corregir, enmendar, reparar, luego ya no hay oportunidad de
redención.
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1
Todo tiene su momento, y cada cosa su tiempo bajo el cielo:
2
Su tiempo el nacer, y su tiempo el morir; su tiempo el plantar, y su tiempo el
arrancar lo plantado.
3
Su tiempo el matar, y su tiempo el sanar; su tiempo el destruir, y su tiempo el
edificar.
4
Su tiempo el llorar, y su tiempo el reír; su tiempo el lamentarse, y su tiempo
el danzar.
5
Su tiempo el lanzar piedras, y su tiempo el recogerlas; su tiempo el abrazarse,
y su tiempo el separarse.
6
Su tiempo el buscar, y su tiempo el perder; su tiempo el guardar, y su tiempo
el tirar.
7
Su tiempo el rasgar, y su tiempo el coser; su tiempo el callar, y su tiempo el
hablar.
8
Su tiempo el amar, y su tiempo el odiar; su tiempo la guerra, y su tiempo la
paz.
9 ¿Qué gana el que trabaja con fatiga?
10
He considerado la tarea que Dios ha puesto a los humanos para que en ella se
ocupen.
11
El ha hecho todas las cosas apropiadas a su tiempo; también ha puesto el mundo
en sus corazones, sin que el hombre llegue a descubrir la obra que Dios ha
hecho de principio a fin.
12
Comprendo que no hay para el hombre más felicidad que alegrarse y buscar el
bienestar en su vida.
13
Y que todo hombre coma y beba y disfrute bien en medio de sus fatigas, eso es
don de Dios.
14
Comprendo que cuanto Dios hace es duradero. Nada hay que añadir ni nada que
quitar. Y así hace Dios que se le tema.
15
Lo que es, ya antes fue; lo que será, ya es. Y Dios restaura lo pasado.
16 Todavía
más he visto bajo el sol: en la sede del derecho, allí está la iniquidad; y en
el sitial del justo, allí el impío.
17
Dije en mi corazón: Dios juzgará al justo y al impío, pues allí hay un tiempo
para cada cosa y para toda obra.
18
Dije también en mi corazón acerca de la conducta de los humanos: sucede así
para que Dios los pruebe y les demuestre que son como bestias. 19 Porque el hombre y la bestia
tienen la misma suerte: muere el uno como la otra; y ambos tienen el mismo
aliento de vida. En nada aventaja el hombre a la bestia, pues todo es vanidad.
20
Todos caminan hacia una misma meta; todos han salido del polvo y todos vuelven
al polvo.
21
¿Quién sabe si el aliento de vida de los humanos asciende hacia arriba y si el
aliento de vida de la bestia desciende hacia abajo, a la tierra?
22
Veo que no hay para el hombre nada mejor que gozarse en sus obras, pues esa es
su paga. Pero ¿quién le guiará a contemplar lo que ha de suceder después de él?
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