Expulsemos a Jezabel y Asmodeo, que están apartando a los Pastores de la Iglesia del camino del
evangelio
HERMANOS: PROPAGAD MI DEVOCIÓN
Septiembre 21 de 2007 2:50 p.m.
Hermanos: Que la paz del Dios Altísimo esté con vosotros.
Hermanos en la fe de mi Padre: Todo aquel que ore, propague y
divulgue la devoción de mi exorcismo, dictado por la Gracia de Dios al Papa león
XIII. Yo Miguel y los Arcángeles y Ángeles del Reino de mi Padre se lo
agradeceremos.
Yo, Miguel, Príncipe de los ejércitos de mi Padre, os prometo
que seré amigo e intercesor en esta vida y en la llegada a la eternidad de
todos aquellos que oren y propaguen la devoción de mi exorcismo. No dejaré que
ninguno de mis devotos se pierda y lo mismo haré con sus familias. Cuando
llegue su hora, los llevaré a la
Gloria de Dios y los presentaré ante mi Padre, sin que tengan
que pasar por el Juicio de Dios.
Hermanos: Cada que oréis con mi exorcismo, llamadme primero tres
veces, con mi grito de combate: ¡Quién es como Dios! Nadie es como Dios” y Yo
vendré con la velocidad del pensamiento a asistiros en vuestra lucha
espiritual. No temáis hermanos, haced mi exorcismo; soy Yo vuestro hermano
Miguel y los Arcángeles y Ángeles del Reino de mi Padre los que combatimos por
vosotros; por lo tanto, no temáis, estamos para serviros, protegeros y amparos
de todo mal y peligro. Hermanos: Mi Padre me ha concedido el honor de preservar
de todo mal a su rebaño fiel; es por eso por lo que no debéis temer, sino
confiar, orar y pedirle a mi Padre que tenga misericordia de esta humanidad tan
ingrata, tan pecadora y tan olvidada de las maravillas y bondades de Dios.
¿No sabéis hermanos, cuánto nos duele ver tantísimas almas que
en el tiempo de vuestro tiempo se están perdiendo?, son cantidades las que
bajan al seol, pero nosotros los Arcángeles y Ángeles no podemos ayudarlas.
¿Sabéis por qué?, ¡porque le han dado la espalda al Dios de la vida, mientras
tenían vida aquí en la tierra!
¡Qué tristeza embarga al cielo! ¡Qué dolor siente mi Padre, viendo
perderse tantas almas! Hermanos, os pido que al hacer mi exorcismo incluyáis
las almas de los pecadores que en más peligro estén de condenarse, y las almas
de los moribundos que estén en pecado mortal. Si oráis por ellas, yo
intercederé ante mi Padre para que no se pierdan. Esas almas rescatadas del
fuego del infierno os lo agradecerán y serán intercesoras vuestras cuando
alcancen la Gloria
de Dios. Orad también con mi exorcismo por la conversión de los pecadores, por la Iglesia y los Sacerdotes,
para que nosotros, a través de vuestras oraciones y súplicas y por la Gracia de mi Padre, expulsemos
a Jezabel y Asmodeo, que están apartando a los Pastores de la Iglesia del camino del
evangelio. Orad también por la paz del mundo, tan amenazada en vuestro tiempo y
muy especialmente, orad por el triunfo del Inmaculado Corazón de Nuestra Señora
y Reina María. Si nos llamáis, vendremos en vuestro auxilio; entended hermanos
que mi Padre respeta vuestro libre albedrío, es por eso, por lo que debéis de
orar y orar y más especialmente en estos tiempos de tanta oscuridad.
No olvidéis hermanos, orar con mi armadura en Gracia de Dios,
uniéndoos al Corazón Inmaculado de Nuestra Señora y Reina María, a Mí, y a los
ejércitos celestiales, para que juntos desterremos de la faz de la tierra toda
fuerza del mal.
“Gloria a Dios en el cielo” Aleluya, Aleluya, Aleluya.
Que la paz del Dios Altísimo os acompañe hermanos.
Somos vuestros amigos y consejeros: Miguel Arcángel y los
Arcángeles y Ángeles del Reino de mi Padre.
Dad a conocer hermanos este mensaje.
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