Los
terroristas, simplemente, aplican el Corán al pie de la letra
“Yo era musulmán, hijo de un imán,
casado con una musulmana. Me convertí a Cristo.”
“No importa si soy francés o argelino;
soy ciudadano del Cielo.”
¿Por
qué te hiciste cristiano?
Cuando
estuve en Argelia, durante unos meses de los años ’80, empecé a practicar el
Islam. Fue allí donde leí la sura 9, que invoca a la guerra santa: «Combatid
[matad] a todos los infieles dondequiera que los encontréis, que puedan
encontrar la severidad en ti.» Entonces entendí que el Islam no coincide con el
espíritu de paz y amor; además, también conocí algunos argelinos que se habían
convertido a Cristo. Recibí la gracia de ver la verdad.
¿Por
qué yo? No lo sé, pero doy gracias a Dios. Mi padre era imán y nunca tuvo la
oportunidad de entender el Evangelio. Es verdad, no es fácil admitir a Jesús en
tu vida. Me convertí en 1982 y empecé a predicar el Evangelio en Argelia;
siempre me sentaba en los asientos traseros del autobús, por miedo a que me
apuñalaran por la espalda. Pero cuando tienes a Jesús en tu vida, das gracias a
Dios día y noche. Nadie es mejor que nadie, porque Dios nos ha dado su gracia.
Hoy, no importa si soy francés o argelino: soy ciudadano del Cielo.
¿Cómo
difundes la Buena Nueva?
Esta
mañana, durante mi descanso, he distribuido calendarios cristianos. En la
espalda de mi chaqueta de trabajo puse una etiqueta: “Yo amo a Jesús”. Algunos
se burlan… No podemos hablar de Jesús a todo el mundo, pero podemos mostrar su
amor de un modo u otro, aunque, a veces, seamos ridiculizados. Un día, un
gitano imponente me dijo que, generalmente,
todo el mundo tenía miedo de él; pero, tras su conversión, nadie más ha
vuelto a temerle. La gente puede decir: “Antonio ha cambiado”. La fe hace tu corazón bueno. Pero no tenemos derecho a
obligar a nadie a convertirse en cristiano. Cada uno ha de elegir por sí mismo.
¿Qué
piensa de los recientes atentados de París?
No es
sorprendente. En estos ataques, vemos la verdadera cara del Islam. Esta
personas no tiene la culpa, la culpa se ha de echar a los que predican el
Corán. Algunas personas dicen que son locos o fundamentalistas pero,
simplemente, están aplicando el Corán al pie de la letra. Todo el mundo lo
sabe, pero nadie dice nada por miedo a ofender la sensibilidad de los
musulmanes. Muchos musulmanes son buena gente, pero tiene un velo en los ojos.
Aspiran a un Islam de paz y verdad, pero esto no existe. Por ejemplo: en el
Islam, si tu me ofendes y yo no te perdono, Dios tampoco te perdonará. Es
decir, un musulmán no sólo se pone a sí mismo al mismo nivel que Dios, sino que
cree que es superior a Dios.
¿Cree
que se puede restablecer un clima de paz y esperanza?
Espero
que todos los musulmanes puedan llegar a conocer el Evangelio porque no nos
salvaremos sólo recitando oraciones o respetando el Ramadán, sino a través del
conocimiento de Jesucristo, nuestro Salvador. Los musulmanes viven en la
incertidumbre; Inshallah significa: Si Dios quiere. Pero, ¿y si Él no quiere?
La paz será posible cuando Jesús retorne en toda su Gloria. Ésta es la única
esperanza. Sin embargo, sé que Dios ama a los musulmanes. ¡Estoy seguro de
ello! Recientemente, en Argelia, encontré a un anciano de 80 años que acababa
de terminar su peregrinación a La Meca. Al llegar allí, vio a Jesús que le
dijo: “Regresa al lugar de donde
vienes”. Regresó a Argelia y se convirtió a Cristo… ¡a los 80 años! ¡Hay
esperanza!
[Traducción
Juan Martín Castro. Artículo original]
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