Un silencioso llamado del Cielo a la humanidad
Un silencioso llamado del Cielo a la humanidad
- Relato de una experiencia mística -
Encontrándome
en los brazos de Cristo – atestigua Luz de María -, compartiendo Su Dolorosa
Pasión y permitiéndome mirar los hechos que le causan ese sufrimiento que
permite ser visible no solo en mí, sino en el Crucifijo que se encuentra dentro
de un camarín de vidrio en la misma habitación, nuestro adorado Cristo me
manifiesta que Su exudación en el Crucifijo de Metal, es por la maldad en que
vive gran parte de la humanidad, maldad que aumenta en lugar de disminuir. El
maligno opresor de las almas disfruta el hecho de que la humanidad viva
indiferente al AMOR DIVINO y se
sumerja en el mar tempestuoso de constantes pecados, los cuales tienen su raíz
en la DESOBEDIENCIA.
El
dolor que padece Cristo en estado actual es impensable humanamente, sobrepasa
todos los calificativos existentes. Cristo padece el lamento de los inocentes.
¡Qué infinito es el mal que derrama ese pecado sobre esas criaturas inocentes,
y qué amargo el llanto de los niños que en medio del poder deshumanizado, son
mutilados no solo el cuerpo sino su interior!... , y otros más que me muestra.
Nuestro
adorado Cristo me permite mirar Sus poros que en ese instante son de carne, en
el CRUCIFIJO
DE METAL y cómo exuda
SU PRECIOSÍSIMA
SANGRE por
aquellas criaturas humanas que por voluntad propia no desean reconocer la
pequeñez de la que son poseedoras, y a la vez la grandeza que les da el ser
hijos de Dios. La falta del conocimiento de la Palabra Divina inmoviliza al
hombre y le impide penetrar en ese MISTERIO INFINITO DEL QUE NOS HACE PARTÍCIPES MEDIANTE LA SAGRADA
ESCRITURA, para
conocerle y al conocerle, amarle correctamente, sinceramente y verdaderamente
para no limitarlo, sino al contrario, para penetrar en SU PODER INFINITO y junto a toda la Creación, adorarle por cuantos
hermanos no le adoran y le desprecian negándose a reconocerle como hacen los
que por ignorancia niegan el PODER DIVINO.
Nuestro
amado Cristo se lamenta, sí, se duele profundamente ante el avance de eso que
reside en el hombre, eso que sin ser sentido domina y lleva al ser humano a
caer: EL DESEO, deseo de poder, de dominio, de grandeza, de
soberbia, de saber solo lo que le conviene,
y al final llega a dominar al hombre más que si fuese parte de los
sentidos, doblegándole hacia el alejamiento de lo que para el hombre debe ser
su fin único: SER IMAGEN Y SEMEJANZA DE DIOS.
El
deseo es innato en el hombre, pero hablamos del deseo de buscar a Dios. Ese que
es ignorado y hasta rechazado, porque la humanidad utiliza solo los sentidos
corporales, ignora los sentidos espirituales de los que está dotada el alma.
Cristo
padece en estado actual lo indecible por cada uno, por mí, por ti, porque SU AMOR ES PARA CADA UNO DE
FORMA PERSONAL, NADIE PUEDE SUSTITUIR LA RELACIÓN ENTRE LA CRIATURA Y SU
CREADOR, por
ello es que ante la impresionante violencia de este instante, CRISTO EXTERNA SU DOLOR
ASÍ, COMO LO VERÁS EN ESTA MANIFESTACIÓN DIVINA.
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