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miércoles, 2 de diciembre de 2015

A silent call from Heaven to mankind



Un silencioso llamado del Cielo a la humanidad







Un silencioso llamado del Cielo a la humanidad

- Relato de una experiencia mística -

Encontrándome en los brazos de Cristo – atestigua Luz de María -, compartiendo Su Dolorosa Pasión y permitiéndome mirar los hechos que le causan ese sufrimiento que permite ser visible no solo en mí, sino en el Crucifijo que se encuentra dentro de un camarín de vidrio en la misma habitación, nuestro adorado Cristo me manifiesta que Su exudación en el Crucifijo de Metal, es por la maldad en que vive gran parte de la humanidad, maldad que aumenta en lugar de disminuir. El maligno opresor de las almas disfruta el hecho de que la humanidad viva indiferente al AMOR DIVINO y se sumerja en el mar tempestuoso de constantes pecados, los cuales tienen su raíz en la DESOBEDIENCIA.

El dolor que padece Cristo en estado actual es impensable humanamente, sobrepasa todos los calificativos existentes. Cristo padece el lamento de los inocentes. ¡Qué infinito es el mal que derrama ese pecado sobre esas criaturas inocentes, y qué amargo el llanto de los niños que en medio del poder deshumanizado, son mutilados no solo el cuerpo sino su interior!... , y otros más que me muestra.

Nuestro adorado Cristo me permite mirar Sus poros que en ese instante son de carne, en el CRUCIFIJO DE METAL y cómo exuda SU PRECIOSÍSIMA SANGRE por aquellas criaturas humanas que por voluntad propia no desean reconocer la pequeñez de la que son poseedoras, y a la vez la grandeza que les da el ser hijos de Dios. La falta del conocimiento de la Palabra Divina inmoviliza al hombre y le impide penetrar en ese MISTERIO INFINITO DEL QUE NOS HACE PARTÍCIPES MEDIANTE LA SAGRADA ESCRITURA, para conocerle y al conocerle, amarle correctamente, sinceramente y verdaderamente para no limitarlo, sino al contrario, para penetrar en SU PODER INFINITO y junto a toda la Creación, adorarle por cuantos hermanos no le adoran y le desprecian negándose a reconocerle como hacen los que por ignorancia niegan el PODER DIVINO.

Nuestro amado Cristo se lamenta, sí, se duele profundamente ante el avance de eso que reside en el hombre, eso que sin ser sentido domina y lleva al ser humano a caer: EL DESEO, deseo de poder, de dominio, de grandeza, de soberbia, de saber solo lo que le conviene,  y al final llega a dominar al hombre más que si fuese parte de los sentidos, doblegándole hacia el alejamiento de lo que para el hombre debe ser su fin único: SER IMAGEN Y SEMEJANZA DE DIOS.

El deseo es innato en el hombre, pero hablamos del deseo de buscar a Dios. Ese que es ignorado y hasta rechazado, porque la humanidad utiliza solo los sentidos corporales, ignora los sentidos espirituales de los que está dotada el alma.

Cristo padece en estado actual lo indecible por cada uno, por mí, por ti, porque SU AMOR ES PARA CADA UNO DE FORMA PERSONAL, NADIE PUEDE SUSTITUIR LA RELACIÓN ENTRE LA CRIATURA Y SU CREADOR, por ello es que ante la impresionante violencia de este instante, CRISTO EXTERNA SU DOLOR ASÍ, COMO LO VERÁS EN ESTA MANIFESTACIÓN DIVINA.



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