MENSAJE
DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
A
SU AMADA HIJA LUZ DE MARÍA
28 DE MARZO DEL 2015
Hijos amados:
LA HUMANIDAD
CONTINÚA RECHAZANDO EL PLAN MISERICORDIOSO DE SALVACIÓN.
Miro las almas sometidas a fuertes
purificaciones, al despreciar la toma de consciencia a la que les he llamado
con el propósito de que la inteligencia mueva al corazón de piedra a actuar y
obrar rectamente.
Hijos, respiran pereza e
indiferencia espiritual, e instante a instante ésta paraliza el deseo y la
falta de Dios en el hombre. Confundidos por una arrolladora ola de ideologías,
toman todo lo que llega, en busca de lo
que les proporcione mayor control sobre lo que les rodea.
Mi Hijo reunió a doce hombres, les enseñó a amar al Padre Eterno y les
enseñó a orarle y a adorarle. Les predicó sobre el Padre para que a través del
conocimiento, vivieran la cercanía de Su Padre. La humanidad no ama porque el
amor no es reconocido como tal, es mirado como una tradición y las tradiciones
no son aceptadas en esta generación.
Se acerca la cruel y gran calamidad
anunciada, ante un amor que no es amor…
llegan calamidades para el cuerpo y para el alma. El inocente es arrojado por
tierra, la que envejece aprisa para no ser cómplice del hombre irreconocible
que da muerte sin piedad. La tierra se estremece en todo el planeta, y aunque
el hombre sabe la causa, desea ser ignorante y no creer. Entonces Mis Advertencias serán vistas
demasiado tarde por la humanidad, que se encontrará desprevenida.
Del Cielo caerá fuego ante el hombre
que ha endiosado el dinero, perdiendo la sensibilidad y los sentimientos. La
calamidad iniciará una mañana en que el hombre se sentirá enloquecer, el metal
se derretirá como la cera al fuego, en instantes en que la Fe sostendrá al
humilde y el poderoso será mendigo.
La energía nuclear azotará al
hombre, será hasta entonces que el reconozca Mis Llamados. (1)
Amados hijos:
Oren
por Suiza, será estremecida y estremecerá a la humanidad.
Oren,
hijos, oren por Israel, padecerá.
Oren,
hijos, la Tierra será rozada por un asteroide, oren.
Oren,
hijos, oren. El Papa será sorprendido estando lejos de Roma.
Amados Míos:
No desprecien Mis Llamados, la
urgencia del retorno del hombre hacia su Dios es imprescindible. Lo mundano se
desvanece, el hombre se sentirá morir.
EL
LLAMADO ES ESPIRITUAL PARA QUE LA HUMANIDAD SEA ACERCADA A MI HIJO. VIVEN UNA
HUMANIDAD QUE NO AGRADECE EL AMOR DEL ESPÍRITO SANTO SOBRE EL HOMBRE, Y ANTE
SUS OJOS MIRARÁ LLEGAR LA ENFERMEDAD, EL PADECER Y LA ANGUSTIA.
El Sol será sobre todos una tenaz
fuerza en contra del hombre mismo. (2)
Con la vara que midas serás medido
(*) ... Mis Hijos deben ser comedidos,
se sentirán desolados ante el desprecio que hacen a Mis Advertencias. Quienes
se aferren a la tradición serán señalados, el modernismo luchará por imperar
sobre Los Mandamientos y La Palabra de Mi Hijo. Al final verán la Verdad de
cuanto les anuncié, clamarán al Cielo, pero no olviden que Mi Hijo es
Misericordia y Justicia a la vez.
No desprecien los Sacramentales,
ellos son medios. No desatiendan los llamados, son pasos que se abren en medio
del camino espiritual.
Un Decreto del Cielo será bálsamo
para el cumplidor de la Voluntad del Padre. No esperen, sean acción, como en el
pasado los cristianos. En este instante ustedes deben compartir la Buena Nueva
de la Segunda Venida de Mi Hijo.
ANTE
EL INICIO DE LA SEMANA MAYOR, RECONCÍLIENSE CON MI HIJO, NO PERMITAN QUE EL MAL
LES TOME Y SE APROPIE DE USTEDES PARA HACERLES SUS INSTRUMENTOS.
Sean más
espirituales, vivan de corazón estos días como si fueran la última oportunidad
de salvación…
Sean
espirituales y no mundanos…
Sean
sinceros con ustedes mismos, no se engañen a sí mismos…
Sean
verdaderos hijos de Mi Hijo.
El hombre no se mira dentro de la
realidad funesta en que vive, debido a que: la venda oscureció el ojo humano y
la ceguera llegó al corazón endureciéndole, la razón se cerró y la inteligencia
se oprimió ante la fuerza del mal que le domina.
Yo les llevo resguardados en Mi
Vientre para que no les mire el mal.
Hijos amados:
El bien prevalece si el hombre es
obediente y sacude la polilla que ha carcomido el espíritu.
Yo me mantengo frente a ustedes sin
separarme un instante. Mis Legiones les protegen de forma especial en este
instante.
LOS
FIELES DE MI HIJO NO SERÁN AZOTADOS, LA VERDAD NO SERÁ DESTERRADA DE LA TIERRA.
LES AMO,
HIJOS. CONTINUÉN EN UNIDAD, LA FUERZA ESPIRITUAL ES MAYOR QUE LA HUMANA.
Les
bendigo.
Mamá
María.
AVE
MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.
AVE
MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.
AVE
MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.
(*) San Mateo 7:2
COMENTARIO
DEL INSTRUMENTO
Hermanos (as):
Al iniciar
esta Semana Mayor, vivámosla como si fuera la última.
El Cielo nos
da la oportunidad de prepararnos para eventos que enfrentaremos como parte de
la humanidad.
La Tierra se
estremece ante la barbarie humana y el agua penetra en la tierra llevando de la
mano la muerte.
La Madre nos
alerta una vez más, Su Mirada no excusa al hombre que no desea ser más
espiritual para unirse en mayor medida a Su Creador. Somos llamados a amar a
Cristo, pero sólo si Le conocemos, Le podemos amar.
No es
imposible dominar los placeres que atraen como un imán al hombre, no deben ser ellos los que dominen en estos
días conmemorativos.
ACERQUÉMONOS A
LA REFLEXIÓN, A LA ESPERANZA Y DIGÁMOSLE A CRISTO QUE EN NOSOTROS SIEMPRE SERÁ
REY.
Amado Rey mío:
“Quien quiera aprender de amor, que
mire a Tus ojos,
ahí encontrará la respuesta.
Como el Justo de los justos,
entras triunfantemente en medio de
“Hosannas”.
La Madre te entrega…
En Sus Brazos te ha mantenido
y hoy te da para la humanidad
a quien amas con el mismo Amor del
Padre.
Ese desprenderte de Ti mismo, Señor,
cautiva el alma que se vuelve a Ti.
No conoces la vanidad ni el orgullo
del ser humano,
aunque siendo hombre, eres Dios por
sobre todo.
“No temas, hija de Sión, he aquí a
tu Rey que viene
sentado sobre un pollino de asna.”
Viene a lavar tus pecados.
Un día glorioso es hoy,
el Rey ha llegado ya.
!Abran paso, abran paso,
que ya viene El que nos salvará!
A Su paso busca almas,
para coronarlas de amor.
¡Hosanna, bendito el que viene en el
Nombre del Señor!
Amén.
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