LA TRANSFIGURACION DEL SEÑOR
Del Santo Evangelio según San Lucas 9
Santa Biblia,
versión Jerusalén 1976.
18 Y sucedió que mientras él
estaba orando a solas, se hallaban con él los discípulos y él les preguntó: « ¿Quién dice la gente que soy yo?»
19 Ellos respondieron: «Unos, que Juan el Bautista; otros,
que Elías; otros, que un profeta de los antiguos había resucitado.»
20 Les dijo: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Pedro le contestó: «El Cristo de Dios.»
21 Pero les mandó enérgicamente
que no dijeran esto a nadie.
22 Dijo: «El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser
reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar
al tercer día.»
23 Decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí
mismo, tome su cruz cada día, y sígame. 24 Porque
quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése
la salvará. 25 Pues, ¿de qué le sirve al hombre haber ganado el
mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina? 26
Porque quien se avergüence de mí y de
mis palabras, de ése se avergonzará el Hijo del hombre, cuando venga en su
gloria, en la de su Padre y en la de los santos ángeles. 27
«Pues de verdad os digo que hay
algunos, entre los aquí presentes, que no gustarán la muerte hasta que vean el
Reino de Dios.»
28 Sucedió que unos ocho días después de estas palabras, tomó consigo
a Pedro, Juan y Santiago, y subió al monte a orar. 29
Y sucedió que, mientras oraba,
el aspecto de su rostro se mudó, y sus vestidos eran de una blancura
fulgurante, 30 y he aquí que conversaban con él
dos hombres, que eran Moisés y Elías; 31 los cuales aparecían en gloria,
y hablaban de su partida, que iba a cumplir en Jerusalén. 32
Pedro y sus compañeros estaban
cargados de sueño, pero permanecían despiertos, y vieron su gloria y a los dos
hombres que estaban con él.
33 Y sucedió que, al separarse ellos
de él, dijo Pedro a Jesús: «Maestro, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres
tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías», sin saber lo que
decía. 34 Estaba diciendo estas cosas cuando se formó una nube y los cubrió con su
sombra; y al entrar en la nube, se llenaron de temor. 35
Y vino una voz desde la nube,
que decía: «Este
es mi Hijo, mi Elegido; escuchadle.» 36 Y cuando la voz hubo sonado, se
encontró Jesús solo. Ellos callaron y, por aquellos días, no dijeron a nadie
nada de lo que habían visto.
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